Los delitos cibernéticos hoy forman parte de la larga lista de causas no tradicionales que pueden disparar importantes eventos que llevan a interrupciones operativas, escalando posiciones y pasando del lugar nueve para ingresar al Top 5 de la lista de los 10 principales riesgos para las organizaciones.
Cada vez es mayor la aparición de nuevas compañías FinTech en el mercado mundial. La incorporación de su tecnología novedosa, atractiva y amigable está revolucionando la industria para hacer que los sistemas financieros sean más eficientes. De acuerdo con los Fintech Radars realizados por Finnovista en 2017, dentro de los mercados principales en cuanto a número de startups FinTech latinas se encuentra México con 238 startups, encabezando la lista de países en América Latina, seguido por Brasil con 219, Colombia con 124, Chile 75 y Argentina con 60.
Sin embargo, el crecimiento acelerado de este tipo de sociedades que brindan productos y servicios financieros, reconocidas generalmente como startups que ofrecen servicios de pago, remesas, préstamos, fondeo, seguros, criptomonedas entre otras; da lugar a que junto con su desarrollo, comienzan a ser atractivas para las ‘organizaciones maliciosas’ de hackers, espías e intrusos.
La misma incertidumbre y la falta de regulación en los últimos años de esta industria, obligó a los legisladores en México a presentar la nueva ley FinTech (9 de marzo, 2018) que tiene por objeto regular los servicios financieros que prestan las Instituciones de Tecnología Financiera, así como su organización, operación y funcionamiento.
Para quienes buscan conformar nuevas startups se convierte en un primer filtro importante, sin embargo la ley está pensada con la finalidad de reglamentar esta industria, proteger al consumidor, preservar la estabilidad financiera y prevenir operaciones ilícitas. La supervisión del cumplimiento de esta ley le corresponderá a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y al Banco de México.
La ley busca que las empresas divulguen a sus clientes los riesgos a los que se pueden enfrentar y aquí es donde el concepto de la administración de riesgos toma mayor importancia, entendiéndose como el proceso para proteger los activos de su organización, a través una serie de técnicas: identificación; análisis y evaluación; control de riesgos; financiamiento y administración de los riesgos a los que están expuestos.
De acuerdo a la Encuesta Global de Administración de Riesgos de Aon 2017, el daño a la reputación y los delitos cibernéticos se encuentran dentro de los cinco principales riesgos globales para las empresas y a medida que la frecuencia de vulneraciones en seguridad cibernética aumenta y los planes de respuesta a este tipo de incidentes se vuelven más complejos.
Por esta razón, el papel que juega la administración de riesgos dentro de cualquier organización es vital para mantener la utilidad de las compañías FinTech; enfrentar las pérdidas que puedan tener; mantener y garantizar el crecimiento; y finalmente preservar la continuidad y vida de la empresa.
Vivimos en una realidad nueva muy desafiante para las empresas de todo tamaño y en todo el mundo. En la medida que el panorama de riesgos comerciales evoluciona, las empresas ya no podrán depender solamente de tácticas tradicionales de minimización de riesgos o tácticas de transferencia de riesgos, deberán en vez aplicar un enfoque multi-funcional hacia la administración de riesgos y explorar distintas maneras de abordar la problemática de nuevas complejidades.
Más informes: www.aon.com/mexico/
Por: Isela Vela, Director adjunto comercial de Aon México.
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