La computación genera innumerables beneficios en todos los procesos humanos: comunicaciones, acceso a información, organización, medios de almacenamiento masivo, etc.; pero es un hecho que, como todo proceso de manufactura, la fabricación de equipos de cómputo genera desechos tóxicos. Ciertos componentes de las computadoras contienen elementos que no deberían desecharse directamente; y la obsolescencia de los equipos en períodos cada vez más cortos genera una creciente cantidad de basura que afecta el medio ambiente.