A partir de que pierde el sentido de la vista, doña Irma Albina Rodríguez Vázquez replantea su vida y, en agosto de 2009, con el apoyo de FONAES, funda Mole Doña Albinita, empresa social que busca rescatar las recetas de su abuela de principios del siglo XX, que hoy elabora mole deshidratado, el segundo en su tipo a nivel nacional.