La salida a bolsa de Facebook, que se produjo hace pocos días, reúne todos los ingredientes para convertirse en un hito en la historia financiera. En función de las estimaciones actuales, bien podría convertirse en la OPBV (Oferta Pública de Venta de Acciones) tecnológica de la década.
En sus ocho años de existencia, la compañía fundada por Mark Zuckerberg en una habitación de Harvard ha gestionado la conexión virtual de las personas de una forma que nadie antes había pensado que fuera posible. Facebook se ha asociado con las revoluciones. Tenemos dos claros ejemplos de ello: los acontecimientos que condujeron a la caída de Hosni Mubarak en Egipto tuvieron su origen en una página de Facebook de Wael Ghonim. Esta red social también fue utilizada con éxito en la campaña del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que finalmente le llevó a ser elegido en 2008. Cuatro años más tarde, tanto el presidente Obama como su rival, Mitt Romney, están ejecutando una parte importante de sus campañas en Facebook.
Las estimaciones apuntan a que los estadounidenses dedican, un promedio del 20% del tiempo que pasan conectados a Internet a Facebook. Unos 300 millones de fotos y vídeos se suben a la aplicación a diario. Esa gran cantidad de datos que produce están esperando a ser explotados, por lo que los publicistas y expertos en ventas se han convertido en algunos de los más ardientes fans de Facebook, ya que les permite llegar a las audiencias, comprender las tendencias y las necesidades cambiantes del cliente. También les permite personalizar las ofertas a una escala sin precedentes.
Imagine el poder de las redes sociales una vez que formen parte del día a día de las empresas y no sea utilizado principalmente sólo por los consumidores. A pesar del notable éxito de Facebook, la verdad es que hasta ahora sólo hemos sido testigos del inicio del poder de las redes sociales para impulsar la economía real. Las redes sociales van a revolucionar las interacciones de los negocios, así como Internet lo hizo con la venta minorista hace más de una década. Y el resultado será un cambio en las reglas del juego en la innovación y la productividad, y supondrá un gran salto adelante en la creación de empleo y nuevas oportunidades de crecimiento.
Consideremos por un momento lo que las redes sociales hacen: reúnen las características tradicionales de la vida de una persona –amigos, familia, eventos, recuerdos, conversaciones, hobbies y diversión- y las centralizan en un cuadro de mandos que nos permite interactuar con cualquiera que conozcamos, en cualquier momento, desde casi cualquier lugar del planeta. La eficacia de estas herramientas permite a la gente mantener amplias redes de amigos dedicando menos tiempo y esfuerzo que nunca.
A día de hoy, muchos de nosotros hemos adaptado nuestra vida social para hacer un mejor uso de las herramientas de networking online que se han puesto a nuestra disposición. Las empresas pronto se someterán a ese mismo proceso. Y el resultado será más negocio.
Un entorno de negocio totalmente conectado significa un mejor acceso a los perfiles y preferencias del cliente, derivando en una mayor capacidad para ofrecer los productos individualizados que los consumidores desean. Un conocimiento más amplio de los datos de salud y los patrones de consumo de energía conducirán directamente a un uso más eficiente de los recursos escasos. El acceso directo a todos los proveedores en una categoría de producto hará posible que la cadena de suministro sea más fuerte y una forma mejor de gestionar las relaciones con los proveedores. Esto a su vez se traducirá en precios más competitivos, mayor flexibilidad y menos capital inmovilizado en el inventario.
Cuando los datos generados a nivel de un individuo, ya se trate de preferencias de compra, patrones de consumo energético, relaciones sociales o datos de salud –pueden ser capturados y analizados en tiempo real junto a otros datos relevantes, se da la vuelta a las cadenas de valor existentes. Esto beneficia al consumidor, ya que éste obtiene ofertas de forma más inmediata, más personal y más económica.
En la vida diaria, imaginamos una red inteligente de negocios –lo que me gusta denominar como la Web de Negocios Inteligentes (Intelligent Business Web). La Web de Negocios Inteligentes será más importante para las pequeñas y medianas empresas porque les permite aprovechar el conocimiento colectivo de sus seguidores. Estos negocios son muy importantes para la salud de las economías, especialmente en tiempos económicos difíciles. Los estudios han demostrado que una y otra vez que las pymes son las responsables de la creación de puestos de trabajo cuando se sale de las recesiones.
Al igual que en la red social Facebook, la clave de valor de la web de negocios será el efecto de red para todas las empresas. Les permitirá incrementar la velocidad de innovación y la productividad como nunca antes. Con la Web Inteligente de Negocios los límites entre las empresas e incluso en todas las industrias como las conocemos actualmente se difuminarán. Los proveedores de telecomunicaciones podrían ofrecer productos bancarios en tarjetas SIM y las compañías de automoción podrían financiar y ofrecer seguros, o incluso prestar servicios de alquiler de coches. Sin embargo, el proveedor de telecomunicaciones no tiene por qué convertirse en un banco –ellos pueden utilizar el servicios de un banco a través de la web de negocio. Los fabricantes pueden producir productos para muchas compañías diferentes –como ya sucede en el ámbito de la alta tecnología y la automoción actualmente. Lo hacen mediante la formación de redes que combinan varios servicios y capacidades de diferentes compañías.
En segundo lugar, la web de negocios ofrecerá inteligencia en tiempo real como nunca antes. Hemos estado trabajando con una empresa de gran distribución en China para ayudarles a optimizar su transporte marítimo. En un mundo en el que el precio del petróleo aumenta y hay nuevos objetivos como la reducción de la emisión de dióxido de carbono, esta compañía quería conectar la demanda, los barcos, los precios del combustible y las emisiones de CO2 para optimizar su negocio logístico. Hoy podemos mejorar las cadenas de valor en su totalidad con un consumo de recursos limitados y un coste mínimo, y en el futuro ésta será la tónica común.
La última generación de herramientas de venta para las empresas, como SAP Sales OnDemand, y los nuevos entornos para la toma de decisiones colaborativas, como SAP StreamWork, ya hacen uso de las redes sociales. Nuestro software de gestión de las relaciones con los clientes ya monitoriza la opinión online. Pronto estarán en todas partes aplicaciones de negocio similares, cambiando la forma de hacer negocios en cada continente y en todas las industrias.
Las redes empresariales del futuro no sólo serán más completas, sino también móviles, llegando a todos los 6.000 millones de dispositivos móviles del mundo. El móvil se ha convertido en parte integral de nuestras vidas y está transformando rápidamente la forma de trabajar. La unión de la tecnología móvil y las redes sociales sólo acelerará aún más el cambio en los negocios.
El mundo no logrará ser más productivo porque podamos ver vídeos en Facebook, hablar con amigos y familiares, o por subir contenidos personales –pero si aprovechamos la red social para los procesos de negocios y el flujo de información en tiempo real podemos cambiar el mundo. La Primavera Árabe ha sido el último ejemplo. Creo que el entusiasmo por Facebook es un presagio de la evolución que veremos en el negocio convirtiendo las cadenas de valor tradicional y social en redes de valor social. El impacto de estos cambios se extenderá mucho más allá de los notables logros de Facebook. Y en un futuro muy próximo generaremos innovación, crecimiento y puestos de trabajo a una escala sin precedentes.
Por Jim Hagemann Snabe, Co-Presidente Corporativo del fabricante alemán de software de negocios SAP
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