Una de las definiciones más sencillas de “estrategia” es la de Harvard; abarca tres componentes: un objetivo, un plan de acción y los recursos necesarios para alcanzarlo. Así, en voz de Carlos Ruiz, profesor del IPADE, un buen estratega es quien planea la realidad que quiere ver y luego lucha por obtenerla.
De acuerdo con el experto en política empresarial, es importante que el estratega use su inteligencia para vencer a los demás, incluyendo las limitaciones propias del mercado y a la competencia, incluso cuando las circunstancias le sean adversas. Y para lograrlo, es necesario encontrar la forma adecuada de transmitir la estrategia y lograr que el resto de la empresa se involucre con ella.
Y para ello se requiere visión, es decir, un propósito audaz y una descripción emotiva que colaboradores e inversionistas puedan hacer suya. Este propósito puede ser cualitativo o cuantitativo, pero definitivamente debe ser inspirador.
Por supuesto, también hay que tener en claro que como estrategas de nuestro propio proyecto debemos ser quienes ponemos las reglas del juego, partiendo de un diagnóstico realista y un punto de vista humilde: debemos aceptar nuestras limitaciones y aprovechar nuestras fortalezas. Así, si somos fuertes en producción, debemos hacernos de un buen equipo administrativo y de ventas, o viceversa.
Además, es importante entender que la estrategia debe ser flexible, pues se trata de la manera en que nuestra empresa se acopla al entorno. De hecho, es importante visualizarnos a nosotros mismos como capitanes en el puente de mando, siempre haciendo un diagnóstico de lo que ocurre en la empresa y a su alrededor, para tomar las mejores decisiones.
“Lo que hace la diferencia no es la situación en que nos encontramos, sino cómo me acoplo a dicha situación”, concluyó el experto.
Itzel Castellanos con información de Foro Istmo 2012
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