La creatividad es una característica fundamental a la hora de desarrollar nuevos modelos de negocios, un enfoque fresco y novedoso por lo general captura la imaginación de los clientes y puede constituir la diferencia entre el éxito y el fracaso de propuestas de valor relativamente equivalentes.
Este enfoque novedoso puede expresarse desde las características propias del producto o servicio, pasando por la forma en que se presenta o empaque, así como a la hora de entregarlo al cliente, desarrollando un nuevo canal de distribución o mejorando uno ya existente. Por ejemplo DELL a principios de siglo logro una ventaja competitiva importante ofreciendo sus computadoras vía internet con múltiples alternativas de equipamiento y colores a un precio significativamente menor al generar un canal de venta directa con los usuarios finales.
Por supuesto no basta con sólo tener una idea original para asegurar el éxito de una nueva empresa o producto, es importante también desarrollar algún tipo de barrera de entrada o mecanismo para dificultar la imitación por parte de los competidores actuales o potenciales.
En los casos de Strabucks o Walmart la rapidez en abrir nuevos puntos de ventas, así como la selección del tamaño óptimo de localidad en el caso de Walmart fueron clave para consolidar su posición como innovadores en los mercados donde participaba, siendo el primero en lanzar el concepto en el caso de Starbuck y no dejando espacio para un competidor en el caso de Walmart.
Por otra parte, es importante señalar que la creatividad es una característica inherente a todos los individuos, es decir, se puede desarrollar y potenciar aunque algunas personas parecieran ser de manera natural más creativas que otras, esto no significa que los demás no puedan desarrollar esta capacidad como cualquier otra destreza humana.
Este concepto de inteligencias múltiples nos indica que todos poseemos un set diverso de habilidades y capacidades, donde habitualmente nos enfocamos en aquellas en las que somos más talentosos o en aquellas que más nos interesan, lo cual no significa que no podamos desarrollar esas otras dimensiones de nuestra inteligencia.
Para esto efectos existen muchos libros y técnicas para descubrir el propio potencial y desarrollarlo para generar ideas originales e innovadoras. Entre ellas destacan las lluvias de ideas para potenciar la creatividad grupal, el enfoque de los problemas que enfrentamos habitualmente y cómo podríamos resolverlos, las bitácoras que consiste en llevar un registro de las ideas que van surgiendo, así como técnicas más formales como la propuesta por Edward D Bono y los seis sombreros para pensar.
Finalmente es importante alimentar la curiosidad y desprenderse del temor al fracaso. Normalmente no probamos cosas nuevas por el castigo social que representa fracasar. Nuestra cultura nos lleva de alguna manera a preferir las alternativas seguras o normales y desechar la experimentación y el riesgo de cometer errores. Es importante comprender que el error es sólo un elemento del aprendizaje que nos llevara a desarrollar ideas nuevas y potencialmente creativas.
Mtro. Angelo Gordillo, Director Incubadora de Negocios Universidad Anáhuac
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