LA CNBV reconoce públicamente y de manera formal a la industria del crowdfunding que inició en 2011 en México. En su apartado sobre el tema –página 123 a la 129 del reporte–, anota que, en nuestro país, la industria de crowdfunding se encuentra en una etapa inicial. Actualmente se han identificado 16 plataformas mexicanas y cuatro plataformas internacionales que han fondeado proyectos mexicanos; las principales están agrupadas por la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo A.C. (AFICO) que engloba a 11 de éstas.
El reporte anota: “A julio de 2015, se estima que la industria de fondeo colectivo en México ha fondeado 4,081 campañas exitosas por un monto de 256 millones de pesos a través de 53,276 inversionistas. Las cuatro plataformas más grandes donde está Prestadero representan 96% de esta estimación de mercado. Esta industria se está expandiendo rápidamente, como lo constata el hecho de que el volumen fondeado ha tenido un crecimiento promedio anual de 495% entre 2011 y junio 2015. El número de plataformas que se crean cada año crece exponencialmente… y el número de inversionistas tuvo un crecimiento promedio anual de 245% entre 2011 y junio 2015. La escasa oferta de crédito y la penetración del Internet en la población mexicana han sido factores que impulsan este crecimiento.”
El documento señala: “El análisis de los principales indicadores muestra un crecimiento en el otorgamiento de crédito. El número de contratos de crédito creció, al igual que el crédito otorgado a las empresas. Aún más, el crédito otorgado e inducido por las instituciones de la banca de desarrollo como porcentaje del PIB se ha incrementado alrededor de dos puntos porcentuales por año. El número de proyectos productivos financiados a través de plataformas colectivas ha mostrado aumentos de tres dígitos.”
Entre los principales riesgos están: información no verificable; poca sofisticación de los inversionistas quienes no pueden realizar una evaluación certera de los riesgos que representan las inversiones; riesgo de fraude en caso de que la plataforma desaparezca repentinamente; ataques cibernéticos y robo de datos; insolvencia o quiebra; riesgos de liquidez y dilución y, un posible cierre de la plataforma.
Por ello, las autoridades del sistema financiero evalúan el diseño de una regulación que cumpla con los siguientes objetivos:
- Sea lo suficientemente proporcional y flexible para adaptarse a los diferentes modelos.
- Garantice un régimen tributario propicio para el crowdfunding.
- Fomente transparencia, un monitoreo adecuado y protección al consumidor para generar confianza en el sector.
- Fomente medidas para mejorar la infraestructura de seguridad y cibernética y evitar fraudes.
- Permita el uso de productos y servicios innovadores que apoyen el crowdfunding (por ejemplo, firma digital).
- Defina estrategias de salida (venta de acciones ordinarias, capital del préstamo y el pago de intereses, ofertas públicas iniciales, entre otros).
- Fomente la educación financiera, tanto para los emprendedores para presentar mejor sus proyectos y que adquieran las habilidades necesarias para que el negocio perdure y crezca, como para los inversionistas, para que estén conscientes de los riesgos de inversión.
Finalmente, el Reporte Nacional de Inclusión Financiera 2016 hace mención de la evolución de la industria del crowdfunding a nivel internacional mismo que ha experimentado un crecimiento acelerado. Pasó de un monto recaudado de $6.1 miles de millones de dólares (mmd) en 2013 a $16.2 mmd en 2014, lo que representó un crecimiento de 167%. En 2015, se espera que la industria recaude $34.4 mmd.
Redacción
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