Segunda parte
Comentamos en el artículo anterior, que las ciudades inteligentes son aquellas que aprovechan las TIC (tecnologías de información y comunicación) para lograr un desarrollo sostenible, ya que hacen más eficiente el uso de los recursos y mejoran procesos y servicios que se traducen en un mayor bienestar ciudadano.
Las empresas y la sociedad civil pueden y deben participar de diferentes formas, ya que el eminente crecimiento de las zonas urbanas provocará un mayor impacto a nuestro planeta y muchos gobiernos serán rebasados para alcanzar sus objetivos económicos, sociales y ambientales.
Un buen ejemplo al respecto es la plataforma que promueve la ciudad cántabra de Santander, llamada “Santander City Brain”, en la cual los 200 ciudadanos e instituciones privadas registradas han aportado 800 ideas para construir una ciudad inteligente a través de esta herramienta tecnológica que ha interesado a muchas corporaciones como Google, Microsoft e IBM y a gobernantes de otras ciudades en China y en Japón.
Con el objetivo de transformar las zonas urbanas en comunidades sostenibles, han surgido congresos mundiales generadores de innovación. Uno de ellos sucedió en Madrid el pasado mes de abril, el segundo congreso de Ciudades Inteligentes en España, al cual asistieron constructores, arquitectos, ingenieros, urbanistas, administradores públicos, ONG´s, empresas tecnológicas y universidades.
Entre los temas estudiados estuvieron: innovación social, movilidad urbana, eficiencia energética, gestión inteligente de servicios públicos, gobierno, economía y ciudadanía, seguridad y servicios asistenciales a personas y por último destinos turísticos inteligentes. De los muchos resultados podemos destacar el inminente cambio que deben dar las empresas de modelos económicos tradicionales por modelos de economía circular más sostenibles e innovadores.
Con respecto a la participación ciudadana, proponen la incorporación del ciudadano a la transformación digital, es decir, que el ciudadano no solo participe sino que sepa qué hacer y cómo aprovechar los beneficios de las TIC. Para ello sugieren identificar grupos de interés y actuar en tres etapas: Primero la capacitación del ciudadano al ciudadano digital, segundo la transición de ciudadano digital a ciudadano inteligente y tercero el ciudadano sensor activo.
Con acciones encaminadas a la automatización de la prestación de servicios en la ciudad como iluminaria, mantenimiento urbano, riego de parques y áreas verdes, seguridad ciudadana etc., será el ciudadano el centro neurálgico de todas las herramientas de gestión y el que conforme una gestión administrativa inteligente integral participativa. Se requiere la certificación de gobiernos, funcionarios, empresarios y ciudadanos para sumar esfuerzos conjuntos. La coparticipación es fundamental.
Por otro lado, proponen que la dimensión cosmopolita de la ciudad no se deje a un lado. En un mundo interconectado el desarrollo de ciudades y el bienestar de sus habitantes no pueden ser independientes del contexto mundial; concepto de ciudad global.
Es indispensable el compartir ideas de lo que funciona en un lugar, como la implementación de basureros con auto-vaciado de Stromkajen en la Bahía de Estocolmo, una innovación con la recogida neumática de residuos, que elimina vehículos recolectores disminuyendo tráfico e impacto en CO2; estos basureros pueden hacer predicciones y tomar decisiones en tiempo real, evitando efectos insalubres cuando excedan su capacidad.
Otro congreso de ciudades inteligentes, fue la conferencia de las Naciones Unidas “Hábitat III” sobre la vivienda y desarrollo urbano sustentable que tuvo lugar en Quito Ecuador en el pasado mes de octubre. Se concentraron en tres temas principales sobre el desarrollo sustentable de las ciudades:Derecho a la ciudad, Igualdad de género y Accesibilidad universal.
De esta reunión resultará un documento conciso, enfocado a implementar acciones, tanto para gobiernos, como para las empresas y para la sociedad civil, el cual analizaremos cuando sea publicado. Mientras tanto, la intención de los países miembros de la ONU es que para el 2030 las ciudades del futuro sean:
* Inclusivas (sin discriminación),
* Compactas (sin grandes desplazamientos),
* Seguras (vivir en paz),
* Sustentables (que preserven los recursos naturales) y
* Resilientes (ponerse de pie lo más pronto posible ante desastres naturales).
Quedan las preguntas: ¿En México estamos encaminando nuestras ciudades para que en 2030 presenten estas características?, ¿Tenemos proyectos de coparticipación que aprovechen las TIC en el uso eficiente de recursos que se traduzcan en bienestar de los ciudadanos?
Mtra. Ma. Luisa Ruiz Calleja
Académica de la Facultad de Responsabilidad Social y Desarrollo Sustentable de la Universidad Anáhuac México.
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