En México, el 65% de las PyMEs no supera los cinco años de operaciones y su vida promedio es de 7.8 años, de acuerdo con el estudio “Esperanza de vida de los negocios” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Estos datos resultan alarmantes si consideramos que son la columna vertebral de la economía nacional, al aportar el 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 72% del empleo.
La entrega, creatividad y pasión son factores que influyen en el éxito de los emprendedores; y es común que, al iniciar actividades, enfoquen sus esfuerzos en implementar ideas, buscar capital, ganar clientes y generar ingresos para acelerar su crecimiento; sin embargo, dejan de lado aspectos clave para lograr que sus empresas sean financieramente saludables y rentables; es decir, a pesar de que atienden su negocio, no lo administran verdaderamente.
Por ello, Aspel, compañía en software administrativo para la transformación digital de las PyMEs, presenta los 5 grandes descuidos que cometen los empresarios y que atentan contra su estabilidad y supervivencia:
- No planificar
Tener un plan de negocios ayuda a establecer objetivos; a visualizar el mercado meta, las necesidades reales de los consumidores, el valor agregado del producto o servicio que ofrece, los canales de distribución y comercialización idóneos; así como a establecer presupuestos y procesos para facilitar la operación; también, permite conocer las fortalezas y debilidades de la empresa, amenazas del entorno y oportunidades de negocio.
- Gastos excesivos
No saber en qué se gasta o no tener control sobre los recursos financieros con los que se cuenta para operar, ocasiona falta de liquidez, es decir que no se tiene la capacidad para hacer frente a los compromisos económicos a corto plazo, ocasionando problemas de endeudamiento.
- No estar al día con los deberes tributarios
No tener en orden la situación fiscal de la organización puede provocar desequilibrios por las actualizaciones, recargos y multas generadas; por ello, es importante cumplir con los requerimientos de la autoridad, como el pago de impuestos, el envío de la contabilidad electrónica y la emisión de facturas electrónicas (CFDI) y de recibos de nómina digitales.
- Descuidar el inventario
Este activo es una de las mayores inversiones de una compañía y tenerlo en orden le permite cumplir con la demanda y competir en el mercado, por lo que su correcta gestión es fundamental; de no ser así, se corre el riesgo de negar ventas, perder clientes y generar altos costos que pueden conducir al cierre.
- No delegar el control administrativo
Una práctica recurrente de las personas que están al frente de una Pyme es realizar ellas mismas todas las tareas del negocio, como pagos, cobranza, ventas, compras, contabilidad, etc.; en pocas palabras, se hacen cargo de la administración y ésta es un elemento fundamental que requiere gestionarse a través de soluciones tecnológicas para que, de esta manera, el emprendedor ocupe su tiempo en dirigir su empresa y en crear estrategias para crecer.
Para no cometer alguno de estos descuidos, la tecnología es una gran aliada de los empresarios, ya que los ayuda a realizar eficientemente sus operaciones de compra y venta, como inventarios, facturación, cuentas por cobrar y por pagar, etc., a mantener su contabilidad al día y a cumplir de forma sencilla con sus obligaciones fiscales; además, les proporciona información real y actualizada sobre su situación financiera; con ello, pueden tomar acciones preventivas y correctivas a tiempo, lo que constituye un factor clave para elevar el porcentaje de éxito de su negocio.
“Hoy, las compañías deben desarrollar una cultura corporativa que permita implementar herramientas digitales para el control y automatización de sus procesos internos, con la finalidad de optimizar tiempos, mejorar el servicio al cliente, aumentar la productividad, minimizar pérdidas, tomar decisiones oportunas y descubrir nuevas oportunidades para incrementar sus ganancias”, destaca Gilberto Sánchez, Director General de Aspel.
Redacción
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