La cultura de usar y desechar ha desencadenado una serie de problemas ambientales sobre todo las relacionadas con el uso desmedido de plásticos. En el marco del Día Mundial del Medioambiente, la ONU advirtió que cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo y sólo un 9% de los desperdicios son reciclados.
Esta semana el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente indica en un informe el panorama para las comunidades más vulnerables frente a la imparable contaminación plástica: “La humanidad vierte cada año en los ecosistemas el equivalente de su propio peso en plásticos. De acuerdo con los datos que manejan estas organizaciones, son 300 millones de toneladas anuales las que asfixian las vías fluviales y los mares, obstruyen las calles, dañan la vida silvestre y, en última instancia, causan graves daños a la salud pública.”
En México es el mayor consumidor de agua embotellada en el mundo, donde 76% del total de hogares compran agua, ya sea en garrafón o botella (Inegi). A esta cifra debemos sumar el resto de las bebidas y alimentos que utilizan empaques de plástico, además de otros productos que usamos en la vida cotidiana y que terminan en los vertederos, cada vez más saturados, las vías públicas o los ecosistemas.
Los esfuerzos impulsados por la ONU, ONGs y gobiernos, para la concientización de la población en la reducción del uso de plásticos, son fundamentales. Como la iniciativa de evitar los plásticos de un solo uso como bolsas, cubiertos, globos, popotes, platos, vasos y cápsulas de café, entre otros artículos. Medida que planteaba eliminar su uso a partir del 2021, y que sin embargo, ha visto mermada su aplicación por la situación sanitaria. Por otra parte, también hay que tomar en cuenta las interrupciones de los procesos de reciclaje afectadas por el confinamiento.
Para tomar el control de esta situación son aquellas acciones promovidas por grandes empresas, sobre todo las pertenecientes a la industria de los alimentos y las bebidas. Dar el giro a un modelo sostenible garantiza no solo contribuir al medio ambiente y evitar sanciones gubernamentales, sino también adaptarse a las exigencias de los nuevos consumidores (millennials y centennials).
Para entender mejor cómo funciona este viraje ecológico, un ejemplo es Valle Redondo, una empresa 100% mexicana, experta en vitivinicultura y la principal maquiladora de jugos, néctares y bebidas del país. Quienes ponen énfasis en dos acciones contundentes: la elaboración de botellas y empaques con materiales ecoamigables y la promoción del reciclaje. Ya que, de acuerdo con información de la Confederación Nacional de Industriales de Metales y Recicladores (CONIMER), en nuestro país solo se recicla entre 19% y 23% del total de residuos. Y de los 300 millones de toneladas de plásticos al año, solo se recicla 3%.
Alejandro Cetto CEO de Valle Redondo comenta “Tenemos como valor primordial la responsabilidad, lo que implica involucrarnos de principio a fin con las personas y nuestros productos, desde el respeto a la tierra, los trabajadores y la calidad, hasta el uso de empaques que puedan ser 100% reciclables. Es por ello que invertir y desarrollar tecnologías que impulsen todo esto garantiza preservar el ambiente, que nuestras bebidas estén libres de conservadores o preservantes en exceso y así contribuir a la salud de los consumidores.”
Este ejemplo de Valle Redondo es la presentación de vino tinto y rosado (D-Vino) como una apuesta fresca, práctica y reciclable, el ya tradicional Vino California que es el vino más vendido en México, los jugos Natura que es la marca de jugos 100% naturales con la más amplia variedad de frutas en el país o Cocodream que es agua 100% natural de coco, todas ellas en envase mixto multicapa (Tetrapak) compuesto de tres materiales diferentes: cartón (procedente de celulosa virgen), plástico polietileno y aluminio. Uno de los favoritos de las empresas sostenibles, ya que tiene diversas ventajas, entre las que destaca conservar los valores originales de los alimentos y bebidas, ser 100% reciclables, practicidad y de fácil manipulación y transportación.
Otros empaques promovidos por esta, y otras empresas comprometidas con el ambiente, son: El vidrio por su capacidad de mantener intacto el sabor de las bebidas, su durabilidad y la facilidad para ser reciclado de forma reiterada. Y el uso de latas, ya que en México se reciclan el 98% de ellas. Igual que las anteriores opciones mantiene la frescura y cualidades nutritivas intactas del producto, además que el reciclaje de los envases metálicos reduce la contaminación del agua y del aire hasta un 85%.
Además, existen nuevas opciones que están en desarrollo, como los bioplásticos o material bioplástico (PHB), obtenido a partir de los restos orgánicos, principalmente azúcares presentes en las aguas residuales de la industria de zumos de frutas. Y también, los prototipos elaborados con materiales biodegradables, comestibles y solubles en agua.
Para nuestro país y el mundo enfrentar el problema derivado de la pandemia, con el aumento de desechos sanitarios, así como el incremento en el consumo y eliminación de plástico y materiales médicos, es un reto a corto y mediano plazo.
Según estimaciones de la ONU, el 75% de los cubrebocas terminarán en los mares, lo que afectará directamente al turismo, la pesca y la salud pública. Ha llegado el momento de sumar fuerzas en lo individual y lo colectivo para revertir este impacto, preferir un envase de cartón a una botella es un gran comienzo
Redacción
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