Durante mi vida profesional he sido testigo de cómo las mujeres, con pasos firmes, se han abierto camino en el terreno laboral al ocupar cada vez más puestos de liderazgo y emprender exitosos negocios, los cuales dan cuenta de su inteligencia, perseverancia, creatividad y talento.
Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo tres de cada 10 Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) son encabezadas por mujeres y 19 por ciento de los emprendedores en México pertenecen a este género, lo que pone en evidencia la necesidad de más esfuerzos para alcanzar una verdadera equidad de género laboral.
A pesar de ello, las mujeres generan 78% del empleo en las PyMEs y 52% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que demuestra su importante papel para este sector y para la economía nacional.
Como si fuera poco con la pandemia, que llevó a 1.3 millones de mujeres a quedarse sin empleo (refiere el mismo organismo), las condiciones económicas las condujeron a emprender y vender diversos productos en Internet y entregarlos en algún punto, siendo catalogadas como “NENIS”, un término que surgió como burla a la frase “ya tengo tu pedido nenis”, pero que han sabido transformar para definirlo como Nuevas Emprendedoras de Negocios por Internet.
Así con su ingenio e inteligencia, históricamente las mujeres han fracturado estigmas sobre los roles sociales, al demostrar que son excelentes profesionales, líderes y empresarias, pero aún falta romper por completo con ellos y abrirse a nuevas formas de organización y convivencia familiar, ya que solo de esa manera gozarán de las mismas oportunidades que les permitan desarrollar su potencial.
Estoy seguro que, si aprovechamos la coyuntura que nos brinda la actual contingencia sanitaria de realizar home office, para dividir de manera justa las labores del hogar y el cuidado de los hijos, sin duda lograremos avanzar más en este objetivo.
Lo principal es reconocer que ambos géneros tenemos cualidades y capacidades diferentes que se complementan. De ahí la importancia de contar con equipos directivos y de trabajo equilibrados, en los que hombres demuestran su capacidad de análisis, mientras que las mujeres imprimen intuición y destacan al ser multitask.
Esta combinación es aprovechada en los negocios, tanto por hombres como por mujeres que decidieron emprender y que han descubierto las ventajas de hacer sinergias equitativas.
Confío en que habrá más empresas de este tipo porque el posicionamiento de las mujeres como profesionales continúa y no se detiene. Para muestra, según datos de la Junta Central de Contadores, en el 2000 sólo 1.8 por ciento de la matrícula de Contadores Públicos era ocupada por féminas, mientras que en el 2012 la cifra se elevó al 59.5 por ciento superando a los varones.
Además, en concordancia a esta apertura laboral, el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), que cuenta con 97 años de historia, recientemente ha sido dirigido por mujeres; en 2015 tomó la presidencia la primera mujer la C.P.C. Olga Leticia Hervet Saenz, y en 2019 asumió el cargo la C.P.C. Diamantina Perales Flores, en tanto que su sucesora, en octubre del 2021, será la C.P.C. Laura Grajeda Trejo, quien es muestra de la dedicación y el potencial del género.
Por ello, el contexto actual, en el que la pandemia nos ha obligado a cambiar nuestras dinámicas, demanda eliminar todas aquellas ideas en las que no quepa la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Como sociedad es nuestra labor seguir construyendo un mundo más inclusivo y equitativo como lo hemos realizado durante los últimos años, lo cual también ayudará a tener empresas fuertes en las que complementar el talento se traducirá en resultados sorprendentes, siempre de la mano de la tecnología que ha sido y sigue siendo nuestra gran aliada.
Por: René Martín Torres Fragoso, presidente y director general de CONTPAQi
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