Emprender es una labor que demanda mucho esfuerzo y sacrificios por parte de los fundadores y líderes de los negocios. De acuerdo con el estudio Entrepreneurs’ Mental Health and Well-Being: A Review and Research Agenda, del King’s College London, los niveles de estrés de las y los emprendedores tienden a ser considerablemente más altos que el del promedio de las personas. No obstante, esta tarea también trae consigo varias recompensas.
Según el mismo estudio, los emprendedores cuentan con algunos de los niveles más altos de satisfacción laboral y personal del paisaje profesional en todo el mundo. Emprender un negocio es una actividad tan demandante como enriquecedora. Uno de los aspectos más atractivos de esta actividad es la oportunidad de generar cambios positivos en la economía y la comunidad.
“Detrás de un negocio que funciona existe un emprendedor feliz. El camino del emprendimiento siempre está lleno de nuevos obstáculos y desafíos, pero lo importante es desarrollar mecanismos, asociarse con aliados estratégicos y contar con herramientas que permitan sortear o resolver los imprevistos”, comenta Bernardo Prum, Managing Director de Creze, plataforma que ofrece préstamos en línea para pequeñas y medianas empresas en México.
En este sentido, en el marco del Día Internacional de la Felicidad, Creze comparte los 7 hábitos básicos para que un emprendedor sea feliz y pleno en el camino hacia la consolidación de sus proyectos.
1. Estructura y disciplina. En ocasiones se confunde la estructura y disciplina con la rigidez; sin embargo, para un emprendedor es todo lo contrario. Estos dos elementos son claves en el éxito de cualquier organización. Para poder estar en paz y disfrutar cada paso que dan, los emprendedores deben contar con una administración transparente, precisa y responsable en sus negocios. En este sentido, es recomendable sistematizar y ordenar procesos. Para mantener las cosas funcionando, también es importante encontrar espacio y tiempo para divertirse y disfrutar.
2. Financiamiento estratégico. Un emprendedor feliz es uno que sabe que cuenta con el respaldo de sus aliados. Ya sean proveedores, inversores o prestamistas, tanto de la banca tradicional como de las plataformas fintech. El financiamiento es la puerta de entrada para que los negocios se expandan, inviertan en tecnología o capital, paguen deuda o cubran gastos diarios. Este tipo de empresas deben buscar créditos diseñados a la medida de sus necesidades para llevar sus sueños al siguiente nivel.
3. Simplificar lo simplificable. La felicidad en el emprendimiento requiere de hacer a un lado complejidades innecesarias. Con frecuencia, los emprendedores más jóvenes olvidan que Roma no se construyó en un día. Entonces, elaboran proyectos laberínticos, difíciles de ejecutar e imposibles de encauzar. La simpleza—que no es necesariamente sencilla—es práctica y trae consigo paz que, a la postre, termina siendo felicidad.
4. Encontrar un balance. Aunque un emprendedor impulsa a su empresa desde la pasión y la alegría, también debe saber encontrar balances adecuados entre su vida personal y profesional. El éxito comercial sólo puede ser plenamente aprovechado cuando la esfera íntima de un emprendedor se encuentra llena también, de hobbies, esparcimiento y disfrute.
5. Relaciones al centro. Un emprendedor feliz sabe que todo lo que puede lograr depende de las personas a su alrededor, ya sean colaboradores, familiares o amigos. Un hábito fundamental para encontrar el tipo de felicidad plena que es parte del emprendimiento es saber tejer redes de cooperación y afectos, sobre todo para sobrellevar resbalones o frustraciones en un proyecto.
6. Nunca dejar de aprender. El emprendimiento es un camino que comienza a partir de buscar soluciones novedosas a problemas cotidianos. En ese sentido, un emprendedor nunca puede dejar de aprender, para seguir observando con esmero el mundo que le rodea. Un emprendedor feliz es aquel que está en una búsqueda constante de nuevas perspectivas, nuevas herramientas y nuevas posibilidades.
7. Seguir innovando. Se debe apuntar que un emprendedor es feliz porque ofrece al mundo algo que no existía antes—un producto, un servicio, una idea—. Pero el emprendedor verdaderamente feliz es el que sabe que una empresa no es el final, sino probablemente el comienzo de una vida de innovación y perseverante exploración.
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