El 50% de las afirmaciones sobre algún tipo de producto, servicio o protocolo verde en internet carece de sustento científico.
De manera generalizada se ha tomado conciencia sobre los problemas que implican la crisis ambiental y el cambio climático para las futuras generaciones. Por ello, las empresas que buscan ser más amables con el medio ambiente y se han adoptado prácticas y estándares de calidad.
Sin embargo, con frecuencia sobreestiman su impacto con miras a tener buena publicidad en términos verdes, o crearse una imagen de empresa comprometida con el clima y caen en lo que se conoce como greenwashing.
¿Qué es el greenwashing?
“El greenwashing es una práctica de marketing que ya debe desaparecer por completo. De nada sirve decir que una compañía es amable con el medio ambiente si realmente no tiene acciones de impacto de forma permanente. Es verdad que no hay ninguna empresa 100% sustentable, por esto se debe ser transparentes y honestos a la hora de comunicar logros y acciones”, explica Tamara Chayo, CEO y Co-Founder de MEDU Protection, startup mexicano dedicada a la fabricación de indumentaria médica sustentable y segura.
De acuerdo con datos del monitoreo constante de la Comisión Europea a sitios web y el uso de greenwashing, alrededor de 50% de las afirmaciones sobre algún tipo de producto, servicio o protocolo verde en internet carece de sustento científico; paralelamente, el reporte Corporate Climate Responsibility Monitor del New Climate Institute ha mostrado que los resultados de cero emisiones de las 25 compañías más grandes del planeta están altamente sobre estimados.
Es en ese contexto que las empresas que buscan mitigar los efectos del cambio climático y ser sustentables deben tomar en consideración distintos puntos para evitar caer en greenwashing. Para ello, MEDU Protection recomienda:
Transparencia y veracidad
Lo más importante es que todos los esfuerzos verdes y la medición de impacto positivo en el medio ambiente sean transparentados. Es decir, una empresa debe comunicar tanto a público como a inversionistas, incluso a sus mismos colaboradores y a su industria, estos protocolos. Sin embargo, toda esa información debe ser verdadera e inteligible.
Estándares y certificaciones oficiales
Es fundamental reconocer que el camino verde ya no se tiene que trazar desde cero para una empresa. Después de décadas de criterios ESG (environmental, social and corporate governance, por sus siglas en inglés) implementados en todas las industrias, ya existen estándares básicos y certificaciones oficiales que avalan la sustentabilidad de procesos, productos y servicios. Para no caer en greenwashing se puede acudir a instituciones internacionales para certificarse.
Auditorías y revisiones externas
De manera similar al punto anterior, cualquier empresa comprometida con el medio ambiente y que sea transparente con su información debe recurrir a auditorías y revisiones externas para que haya frenos y contrapesos a las decisiones que se toman. Particularmente, que garanticen que, de hecho, se cumpla lo que se dice y se rindan cuentan frente a inversionistas y público en general.
Integridad en los productos y servicios
Para que una empresa no caiga en prácticas poco amigables con el medio ambiente, es imprescindible que la huella verde se vea reflejada en sus productos o servicios, ya sea que se fabriquen con energías limpias, que sean productos zero waste para generar menos desechos o que tengan la finalidad de mitigar una problemática ambiental.
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