En el versátil mundo empresarial actual, la elección del entorno de trabajo adecuado se ha convertido en una decisión fundamental para los negocios de todos los tamaños. Si bien, la pandemia de Covid-19 aceleró la transición hacia modelos de trabajo remoto y virtual, continúa vigente aún el debate sobre si las oficinas tradicionales seguirán siendo la mejor opción o si las oficinas virtuales son el camino por seguir. Pero ¿cómo saber cuál es la mejor opción?
Para empezar, hablemos de la forma tradicional. Los centros de trabajo presenciales ofrecen la oportunidad de estrechar las relaciones laborales, gracias al contacto cara a cara entre colaboradores, además de brindarles la posibilidad de contar con un espacio y las condiciones necesarias para trabajar, en caso de no contar con ellas en casa. Una gran ventaja es que no necesitas comprar el inmueble para armar tu centro de trabajo, ya que en la actualidad puedes rentar espacios ya amueblados y diseñados para ello.
Por otra parte, las oficinas virtuales ofrecen pros muy significativos, el más destacable es la reducción de los gastos iniciales hasta en un 80% respecto al alquiler de un espacio tradicional. Este punto favorece a las empresas en general, pero es de especial interés para emprendedores y pymes, quienes no siempre cuentan con recursos para cubrir los montos de alquiler, mantenimiento y servicios asociados que conllevan las tradicionales, y prefieren concentrarlos en la operación de su negocio, evitando correr riesgos.
Los espacios digitales facilitan además la movilidad de sus usuarios, permitiéndoles acceder a ellos desde cualquier lugar, incluso la empresa entera puede migrar de ciudad sin necesidad de una mudanza física ni trámites de alquiler de inmuebles. Sin embargo, se puede contar con un dominio fiscal y comercial, atención a visitas, atención secretarial, acceso a uso de sala de juntas u oficinas privadas de manera eventual, y una presencia comercial corporativa formal que fortalezca la confianza de los clientes.
Un punto en común de ambas modalidades es que no son definitivas y pueden funcionar en conjunto sin problema alguno. Tanto pueden mudarse al mundo digital las oficinas tradicionales, como los espacios virtuales tienen la opción de dar el paso hacia la forma presencial. Sin embargo, regularmente cuando la empresa está creciendo es cuando resulta más idóneo dar el siguiente paso hacia una oficina física, pues la decisión habla del progreso que se mantiene al momento y es algo sumamente satisfactorio para los centros de negocios en México, como Jemil, en la cual existe complicidad y apoyo para materializar la transición.
Además, para asegurar que la opción seleccionada es la ideal, desde nuestra experiencia, trabajando con distintas empresas, podemos recomendarte considerar algunos otros factores, como la etapa de desarrollo de la empresa, la naturaleza de su actividad, el tamaño del negocio, y los objetivos para tener una oficina, ya sea presencia comercial, imagen corporativa, apertura de nuevos mercados, atención a clientes y proveedores, contar con domicilio fiscal, o revisar simplemente si lo que se requiere es un complemento al trabajo en casa.
Otro punto a considerar es el propósito de contar con una oficina, si solo buscas una imagen empresarial o la necesitas para poder atender a clientes y proveedores. Esto te llevará a contemplar la cantidad de tiempo que requerirás el espacio mensualmente, tal vez solo lo necesites por un periodo determinado o de manera permanente. Por supuesto, la decisión dependerá en gran medida del presupuesto con el que cuentes.
La disyuntiva entre las modalidades tradicional y virtual es algo frecuente en nuestros días, pero ahora que conoces las cualidades de cada una, te puede resultar más fácil tomar una decisión. Siempre toma en cuenta lo que es más conveniente para ti, para tus colaboradores, pero sobre todo para el negocio. Si después de todo te quedan dudas, una buena idea es acercarte a otras empresas para conocer su experiencia con cada tipo de oficinas, además de asesorarte con inmobiliarias con oficinas virtuales y amuebladas, como Jemil, que estén enfocadas en apoyar a empresas, profesionistas y emprendedores en su desarrollo.
Por: Graziella Enrile, Directora de Comunicación de Jemil
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