Actualmente las empresas, particularmente aquellas organizaciones de todo tamaño, deben tener estructurado un plan de contingencia que les permita seguir laborando, aun en escenarios de contingencia sanitaria sin comprometer la operación ni las plazas de empleo y evitar sobretodo los altos costos asociados a una reacción desorganizada ante una crisis o emergencia sanitaria.
De acuerdo con David Escalante, Director Ejecutivo de Asesoría de Ernst & Young, “muy pocas empresas en el mundo tienen planes de continuidad operativa y las que sí lo tienen están orientados a contar con respaldos de energía, de información y hasta de sustitución de equipos, pero no hay nada orientado a continuar la operación en caso de que la gente se ausente por enfermedad, por desastre natural o incluso por movilizaciones sociales”.
En nuestro país, uno de cada dos negocios ha tenido que enfrentar alguna eventualidad, pero sólo 23% tiene un plan de continuidad de negocios. Para el 35% de las empresas, un suceso no previsto le ha costado entre 100 mil y 5 millones de dólares
Ante un eventual resurgimiento del virus A (H1N1) en México, los empresarios deben mostrar un liderazgo preventivo para afrontar este posible escenario, pues es mucho mejor y más barato encarar una coyuntura con un plan que evite un desastre que comprometa la competitividad y continuidad del negocio.
Durante el foro “Asegure la continuidad de su negocio, siga operando,” organizado por American Chamber México, Emilio Díaz, Presidente del Comité de Responsabilidad Social de AmCham y Socio Director del Área de Desarrollo de Negocios de Ernst & Young México, explicó que “las medidas implementadas por los grandes corporativos deben llegar a las pequeñas y medianas empresas para afrontar las crisis y coyunturas que pueden afectar la operación, mediante esquemas de continuidad de negocios”.
Entre las recomendaciones a las empresas, destaca la conformación de un comité de preparación de crisis que tendría como objetivos principales “mantener e incrementar la fuerza de trabajo, diseñar un sistema de distribución de recursos y educar a las organizaciones de trabajadores”, declaró el Dr. Alejandro Macías, Subdirector del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
En el caso de las empresas que utilizan servicios de outsourcing, los directivos deben revisar junto con sus proveedores qué clase de servicios de continuidad ofrecen. Asimismo, se sugiere examinar los planes de seguro que tengan contratados y los contratos médicos para conocer el nivel de cobertura con el que cuenta el personal.
Estar preparado con un plan de contingencia limita el daño a los negocios en los albores de un rebrote del virus de la influenza A (H1N1) durante el periodo invernal.
Elvira Mayén-Lugo.