El Cloud Computing no es exactamente una nueva tecnología o tendencia, sino una evolución natural de Internet. Con esta aplicación, la información no queda almacenada en servidores físicos, lo que aporta más agilidad y accesibilidad a diferentes servicios ofrecidos por Internet. En este sentido muchas empresas ya están utilizando estas aplicaciones en sus sistemas internos para volverse más competitivas.
Los ingresos producto de esta aplicación en el mundo superan los 56 mil millones de dólares en lo que va de este año, lo que significa un aumento de un 21% en comparación con 2008, según cifras de la consultora Gartner. Los procesos de negocios entregados como servicios en nube (“cloud”) representan el mayor segmento del mercado y alcanzaron un 83% de la facturación total en 2008.
Una de las principales ventajas del cloud computing es que los servicios o productos pueden trasladarse a otros lugares en la red con el fin de evitar interferencias o interrupciones del servicio. Además, las empresas adquieren más versatilidad y practicidad, ya que los servicios se obtienen de un modo más fácil y accesible. Para el usuario final, ofrece la ventaja de eliminar la necesidad de adquirir software, ya que el consumidor puede “rentarlos” y pagar sólo por el uso de lo que realmente haga con él.
La seguridad es otro aspecto tecnológico que avanza en paralelo. Desde hace unos años, diversas empresas trabajan en el desarrollo de la seguridad de estas aplicaciones.
Otra tendencia que está creciendo es la sustitución de los tradicionales Data Centers por el cloud computing, con el objetivo de reducir el costo de manutención y el gasto de consumo de energía. Según un estudio realizado por investigadores de las universidades Berkeley y Stanford, financiado por Microsoft e Intel, el costo de la electricidad (incluyendo refrigeración, alimentación de reserva y distribución de energía) representa un 50% del costo anual de la manutención de un Data Center.
Uno de los retos más importantes para la plena implementación del cloud computing es la creación de una plataforma de referencia que permita que todos los componentes tecnológicos operen en la “nube”.
Ya hay algunas soluciones en el mercado que hacen posible esto, como los servidores que utilizan el procesador de Intel Nehalem EP, también llamado Xeon 5500. Este procesador tiene la capacidad de ejecutar aplicaciones en el hardware, optimizadas para un mejor desempeño. También ofrece una gran eficiencia en el consumo de energía, para reducir los costos de electricidad.
Otro ejemplo es la tecnología vPro de Intel, que sigue esta tendencia, permitiendo la gestión remota de computadoras de escritorio y laptops de forma segura. Esta tecnología abre nuevos horizontes a los proveedores de servicios y reduce las necesidades de mantenimiento local, permitiendo incluso la programación proactiva de mantenimientos remotos o locales; estos últimos se realizarán cuando el problema no pueda resolverse de forma remota.
En resumen, el cloud computing es una tendencia que llegó para quedarse. Traerá beneficios a los consumidores y a las empresas y generará oportunidades de nuevos negocios. Los Data Centers son cada vez más poderosos y tienen costos menores, lo que conduce a un aumento del poder de cálculo y preserva el medio ambiente al utilizar tecnologías más eficientes; sin embargo, las empresas deben considerar al invertir, cuáles son las tecnologías apropiadas para hacer esto posible con el objetivo de beneficiarse de estas aplicaciones.
Marcos Fugulin es gerente de negocios y Marketing América Latina de Intel