Todos hemos tratado con compañeros de trabajo conflictivos, los cuales provocan conflictos dentro del grupo de trabajo, pero cuando se trata de lidiar con esa persona como jefe, la cosa es muy distinta ya que se trata de un colaborador que bien puede aportar al trabajo pero no al ambiente laboral.
Ante esa situación te damos 9 consejos del especialista en recursos Humanos, José María García de Tomás, para lidiar con ellos paso a paso:
1. Analiza su desempeño.-Identifica los cambios concretos que debería realizar y ponlos por escrito, en este proceso no ignores las cualidades positivas.
2. La reunión.- Convócalo personalmente a una reunión, abórdale cuando esté solo, explícale brevemente de qué tratará, pídele que se prepare.
3. La entrevista. –Mantén la puerta del despacho cerrada y logra que tu colaborador se sienta cómodo, estructura la entrevista, resume el motivo de la reunión y lo que pasará durante ella.
4. Cómo le va en su trabajo.- Pregúntale si tiene algún problema, si tu colaborador se va por las ramas, usa la técnica del disco rayado: interrúmpele y repite tus preguntas. Solicita respuestas breves y precisas, si la conversación se transforma en discusión o no es productiva, detenla.
5. Pregunta.- La pregunta es: “¿Qué podría hacer yo para que tu trabajo resultara más productivo y menos frustrante?”. Así averiguarás cómo te ve como jefe y podrás asumir tu parte de responsabilidad. Por otro lado, la pregunta sentará las bases de un acuerdo.
6. Autoexamen.- Pregúntale qué áreas de su trabajo realiza bien y pídele que ponga ejemplos concretos. Después, pregunta sobre qué aspectos cree que debería mejorar y los pasos para conseguirlo.
7. El análisis.- Cuando tu colaborador termine, expón lo que piensas de su trabajo, te ayudará haber escrito los puntos a tratar, lo que te disgusta de su actitud y sugerencias para mejorar. Comienza con los aspectos positivos, prosigue con los puntos coincidentes entre tú análisis y el suyo. Acaba con los aspectos más negativos.
8. Llega a un acuerdo.- El acuerdo debe ser ventajoso para ambos, haz constar algunas de sus quejas y procura remediar aquellas que sean objetivas. Si consigues un acuerdo, ponlo por escrito, concreta las tareas que tu empleado debe realizar pero procura que el documento tenga un aire informal.
9. Cierra la entrevista.- Fija una hora para una reunión de seguimiento para evaluar si se está cumpliendo el acuerdo. Finaliza en tono positivo. Bastará con: “Muchas gracias por tu colaboración”.
A veces, todos los esfuerzos que pueden haber realizado los gestores de equipos para reconducir el trabajo de los empleados difíciles resultan inútiles. Es la hora de buscar otras opciones.
1. Traslado. Transferir al empleado a otro departamento es recomendable en ocasiones. Eso, si el empleado es eficiente o tiene habilidades que no puede desarrollar en su puesto actual pero sí en el nuevo, o si sus defectos no tienen impacto en su nuevo puesto.
2. Reestructuración. Significa modificar el puesto de trabajo de tu empleado problemático, que seguirá bajo tú dirección. Adapta el trabajo a las características del empleado para aprovechar sus puntos fuertes y reducir las tareas en las que es incompetente o negativo. Por ejemplo, si es agresivo, puedes darle tareas que no requieran el contacto con los clientes.
3. Neutralización. Sólo debe utilizarse si el despido es imposible porque no está en tu mano o cuesta demasiado dinero. Significará darle tareas de manera que sus problemas tengan el mínimo impacto sobre ti y el resto del departamento.
4. Despido, una medida extrema. “Puede considerarse que el despido es la vía más drástica, aunque en muchas ocasiones es la única salida. Tanto el jefe como el empleado deben perder el terror al despido y contemplarlo como una oportunidad”.
Adriana Maass
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