El fracaso es una oportunidad para aprender

Está bien celebrar el éxito pero es más importante prestar atención de las lecciones del fracaso”, Bill Gates

Durante las actividades de la Experience Weeks del Premio CEMEX-Tec, integrantes de Fuckup Nights y tres jóvenes emprendedores hablaron sobre el fracaso y sus aprendizajes, además de compartir sus experiencias personales y las lecciones que aprendieron tras estas situaciones adversas.

Mariana Zamudio, Coordinadora de Innovación Social del Centro CEMEX-Tec, en la sesión virtual explicó sobre la importancia de cambiar el chip y dejar de ver el fracaso como algo negativo, sino verlo como una oportunidad de innovar y aprender.

Mientras que Marta Cabañas, de Fuckup Nights, habló sobre el fracaso como parte de los procesos de la vida, y cómo las personas suelen avergonzarse al no obtener los resultados esperados e incluso intentan esconder sus fracasos, pero no es la forma correcta de sobrellevarlos.

“La respuesta psicológica más sana ante un fracaso es precisamente la contraria. Analizar la situación, ver en lo que hemos fallado, intentar cambiar lo que esté en nuestro control y aceptar que hay cosas que están fuera del mismo, que nosotros no vamos a poder modificar, y así avanzar y no repetir ese fracaso en el futuro”, aseguró Cabañas.

Ángel Cruz, Nayma Ramírez y Daniel Jiménez fueron los participantes que compartieron sus historias de fracasos y los aprendizajes que les dejaron sus experiencias como emprendedores.

Ángel Cruz Hernández, socio y director de Lu’um A.C., la cual promueve el desarrollo integral de comunidades rurales e indígenas compartió que en el 2014, él y su socio se aventuraron a redactar un proyecto social, sin tener experiencia en ello, para el cual obtuvieron financiamiento.

Implementaron el proyecto con 3 grupos de artesanas en Jalisco, Oaxaca y Puebla. En este último grupo surgió una líder autoritaria, pero no hicieron caso a las señales de alerta. Luego de 1 año y 4 meses de trabajo, la líder decide terminar el proyecto porque emprendió su propio negocio y ahora es la única persona en la zona que vende los insumos para producción artesanal.

“De esto aprendimos como organización qué queríamos hacer y a dónde queríamos ir. Personalmente no ser muy confiado y no sólo ver el lado positivo de las cosas. No sólo se trata de crear emprendimientos, también de tejer comunidad y acción colectiva”, concluyó.

Nayma Ramírez, integrante del proyecto Káapeh México y estudiante de la Ingeniería en Nanotecnología y Ciencias Químicas, compartió su experiencia. Luego de salir de su ciudad de origen para estudiar, se enfrentó a sus múltiples actividades, sumado a las diferencias con una profesora, la llevaron a perder la beca.

“Siempre te vas a encontrar con personas que no te gusten, con cosas que no te gusten, pero tienes que trabajar con ello y aprender”, aseguró.

La experiencia que tuvo Daniel Gutiérrez fue sobre con el proyecto Saving the Amazon el cual dirige desde enero de 2019 y tiene como finalidad sembrar árboles en el Amazonas. Luego de 8 meses de trabajo, decidió tomar unas vacaciones en Estados Unidos y en esos momentos se desató un incendio en esta zona.

Decide quedarse en EEUU, pero impulsa una landing page para crear conciencia sobre el problema. Sin embargo, era tan compleja que tardaría 3 días en subir a la red, y la importancia del tema llevó a que su página web se cayera y dejarán de recibir donaciones.

Al recuperar su web cuando el tema ya había perdido auge, se dio cuenta que muchas empresas utilizaron la marca de Saving Amazon para otros fines y nunca dieron donativos. “Aprendí que las cosas tienen que ser sencillas, dar experiencias sencillas para que la gente pueda vincularse, sobre todo en los momentos de urgencia”, concluyó.

Redacción

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