Democratizar las finanzas es la misión humana, el objetivo de negocios y también el mayor desafío de Tala, la startup fintech que apuesta a apoyar a los microemprendedores con base en la confianza y en su comportamiento diario en la vida. La historia comienza con la inquietud de la emprendedora Shivani Siroya por empatar habilidades con acceso, algo que fue desproporcionadamente disímil en los dos países donde creció: Estados Unidos e India.
En su constante curiosidad y estudio de los individuos, la hoy fundadora y directora ejecutiva de Tala, Shivani puso especial atención en un grupo de talentosas microemprendedoras de la India, cuyos negocios se encontraban constantemente en riesgo al no contar con acceso a créditos formales del sistema financiero para obtener liquidez o crecer, debido a que no ‘calificaban’ como sujetos de crédito por no contar con un amplio historial o avales.
“A diferencia de las instituciones financieras, ella las conocía, las había observado, había hablado con ellas y sabía que eran personas de confianza a las que solamente les hacía falta un voto de confianza”, comenta David Lask, general manager de Tala México.
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Ella les dio ese voto de confianza al otorgarles también préstamos con su propio dinero, en un esquema piloto que después se convertiría en el modelo de negocios de Tala en países como Kenia, Filipinas, India y México, y que integró tecnología de inteligencia artificial y ciencia de datos dentro de una app, que es todo lo que los clientes necesitan para tramitar y recibir su crédito.
“Quiero señalar que esta confianza se encuentra bien fundada, ya que Tala cuenta con un nivel de repago de más del 90%. Nuestro modelo detona un círculo virtuoso que une lo mejor de la tecnología y del ser humano, para brindar oportunidades a quienes tradicionalmente no están atendidos por el sistema financiero y acelera así las inclusiones digital y financiera”, agrega Lask.
Ante un método de evaluación de crédito radicalmente diferente y disruptivo es imprescindible que la confianza sea mutua, por ello las políticas de Tala son tan radicales como la confianza: cifrar la información, no compartirla con terceros y protegerse contra el sesgo algorítmico implícito en factores como el género, la raza, la religión, la ubicación o la orientación sexual del cliente.
Motivada y creada por mujeres, Tala en sí misma demuestra que dichos sesgos no definen su actuar pues sirve a todos los que requieren un préstamo rápido, transparente y en las mejores condiciones con la firme creencia de que esto ayudará no solo a sus clientes sino a las buenas acciones en favor del mundo que ellos, a su vez, realizarán al abrirles nuevas oportunidades.
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