Entrar a un Concurso Mercantil, figura legal de las leyes mexicanas en la que una entidad comercial se somete ante el impago generalizado de sus obligaciones en busca de un acuerdo con sus acreedores para la conservación de la empresa o la liquidación de la misma, requiere una preparación adecuada para llevar a cabo los procedimientos requeridos.
Adam Bryk y Gerardo Ortiz, Socios de Asesoría Financiera en Deloitte México, y expertos en procesos de reestructura dentro y fuera de las cortes a nivel internacional, coinciden en que “es muy importante preparase adecuadamente antes de un Concurso Mercantil. El Objetivo es ser proactivo y no reactivo mientras duren los procedimientos”.
Lo que se busca con los preparativos es conservar el valor de los activos tangibles e intangibles de una compañía. Éstos pueden incluir desde la cartera de clientes, concesiones gubernamentales o el prestigio de una marca, entre otros. El que una compañía pueda continuar operando con la menor disrupción de su entorno y con cierta normalidad aun cuando esté llevando a cabo una reestructura de pasivos mediante el concurso mercantil, es fundamental para que una vez que se termine con el proceso los activos antes mencionados no se encuentren afectados. En especial es muy importante que la operación de la compañía no se deteriore durante el periodo del Concurso Mercantil. Este periodo abarca desde el momento en que se hace la solicitud del Concurso Mercantil hasta que se empieza a negociar con los acreedores y se llega a un acuerdo. Por lo general es durante este periodo cuando ocurren los mayores percances.
Bryk, señala en que es muy importante estimar los plazos de un proceso de Concurso Mercantil y hacer preparativos acorde. “Actualmente vemos compañías cuyo modelo operativo está sufriendo terriblemente durante el proceso de reestructura, esto puede deberse en parte a una preparación inadecuada previa a iniciar los procedimientos”, puntualiza.
Existen varios preparativos que una empresa que llevará a cabo un proceso de Concurso Mercantil -o su equivalente en otro país debe hacer previo a comenzar estos procedimientos.
El primero es contar con estados e información financiera actualizada, y de ser posible, contar con estados financieros auditados y recientes.
En segundo lugar, están las proyecciones, bien fundamentadas, de flujo de caja para las siguientes trece semanas que sirvan de guía al inicio del proceso. Una vez hechas estas proyecciones, se deberán también hacer proyecciones para los siguientes doce meses. Es importante señalar que si bien el estándar es preparar proyecciones para doces meses, si se piensa que el proceso puede durar más, se deben hacer proyecciones a un plazo mayor.
Como tercer punto, conviene hacer una revisión de los diferentes contratos y obligaciones que la compañía tiene, por ejemplo con clientes, proveedores y otros acreedores. El objetivo de hacer esta revisión es tener en claro si el Concurso Mercantil tendrá alguna repercusión sobre los mismos el efecto que tendrá en la operación y servirá para hacer los preparativos correspondientes.
También es importante preparar un plan para manejar la situación de manera que la operación a corto y mediano plazo sea vea afectada lo menos posible. Éste plan deberá abarcar: atención y relación con clientes, manejo de medios de comunicación y relación con proveedores entre otros.
Por último, es importante contar con el financiamiento interno o externo que permitirá a la compañía contar con la liquidez necesaria para operar desde el día que se solicita el Concurso Mercantil, cuando este sea aceptado hasta llegar al acuerdo con sus acreedores. Esto puede lograrse mediante el cese de pagos a acreedores y proveedores u obteniendo financiamiento adicional. En EE.UU. y Canadá existe la figura de Debtor-in-possession financing o DIP financing. Esto se refiere a que en ocasiones pueden ser los mismos acreedores los que provean de liquidez adicional a la compañía antes de empezar los procedimientos de Concurso Mercantil o su equivalente en otro país. Aunque las leyes mexicanas permiten acceder a este tipo de financiamiento, actualmente no es utilizado por empresas que van a entrar o están en Concurso Mercantil. La experiencia internacional indica que para acceder a este tipo de financiamiento se requiere un caso objetivo de negocios y bien sustentado que permita a los acreedores tener una idea clara del uso y recuperación de los recursos.
Hoy hay un número de procesos de Concurso Mercantil que se están llevando a cabo en México, y de igual forma es notable el número de procesos equivalentes que se están celebrando en el extranjero como Chapter 11 en EE. UU., y CCAA/Ch 11/CM en Canadá.
Un caso particularmente interesante es el de una de las mayores armadoras de automóviles de Norteamérica, la cual a poco menos de un año de que la empresa iniciara los procedimientos de Chapter 11 dentro de la ley de quiebras de EE.UU., ya se habla de que posiblemente en fechas próximas se hará una oferta pública (IPO) en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE). La prontitud con la que esta empresa ha pasado su proceso de Chapter 11, cobra relevancia si tomamos en cuenta la gravedad de su situación financiera, el número de acreedores y la magnitud de la compañía.
Es cierto que al ser un icono de la economía norteamericana, el gobierno de ese país mantiene un especial interés en que la industria normalice sus operaciones cuanto antes. Pero también es indiscutible que antes de iniciar el proceso de Chapter 11, los asesores financieros y legales de la empresa se aseguraron de hacer los preparativos adecuados.
Redacción