Hoy, es un hecho que los gobiernos están muy preocupados por internet: unos por democratizarlo y llevarlo a todos los rincones de su país, y otros, en un sentido opuesto, por controlarlo, censurarlo e, incluso, bajarle el switch.
Surge entonces una pregunta obvia pero por demás compleja y con muchas aristas, ¿Debe ser el internet un derecho básico para los ciudadanos?
Es el internet un derecho básico
En esa discusión, existen puntos a favor y en contra, ya que no necesariamente todos los servicios, aunque con alto impacto en las sociedades, deben ser considerados básicos.
Sin embargo, el privar del uso de internet a la población, definitivamente, atenta contra a la integridad ciudadana. Este es el caso reciente del conflicto civil en Egipto registrado en los últimos días.
En este sentido, las revoluciones no las hacen las redes sociales sino surgen de los colectivos sociales. Ahí conviene reflexionar que los usuarios de redes sociales son, principalmente, jóvenes con nuevas ideas políticas. Además, el internet no debe ser visto como el culpable de estas movilizaciones sociales, sino sólo como un facilitador más en la organización de personas desencantadas con la realidad que se vive en sus países y mediante estas redes se dan cuenta que no son los únicos, de la misma forma que operaron los volantes y pancartas salidos de las imprentas durante la Revolución Francesa.
Cual Modelo: ¿China o Finlandia?
Las lecciones más recientes de la relación entre internet y política vienen de países y gobiernos como los de Egipto, Túnez e Irán, precedidos por las políticas restrictivas de China, quienes censuran y, aún más, monitorean el tráfico cursado por internet en sus países como medida de control social.
En franco contraste, países como el Reino Unido, Estados Unidos y España buscan formas novedosas de incentivar el uso de esta red mundial de información para obtener los por demás claros beneficios que ofrecen las nuevas tecnologías de la información. Incluso en el extremo, Finlandia es el ejemplo del primer país en el mundo en declarar el internet de banda ancha como derecho fundamental para todos sus ciudadanos a partir del pasado 1º de julio. Esto resulta fácil de entender en un país en un país donde se estima que 96% de la población ya tiene acceso a internet y solamente una minoría haría efectivo dicho derecho, ahora similar a la educación, la salud o a la libertad de expresión.
Por lo tanto, además de incrementar la penetración de este servicio en nuestro país, tenemos una decisión muy importante que tomar: ¿qué tipo de gobernanza de internet queremos para México? La discusión aún está abierta y la tentación por querer controlar la información que se cursa por las redes del país es alta. Pero ni dudar que nuestra orientación debe dirigirse hacia una apertura de internet, como la magnífica plataforma democratizadora de ideas, contenidos, servicios y aplicaciones con miras a defender el derecho a conectarse. Así, como todas las economías de red, el internet se vuelve más valioso mientras más usuarios tengan acceso.
Ernesto Piedras (epiedras@epiedras.net)
José Carlos Mendez (josecarlos.mendez@the-ciu.net)
Información Complementaria
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