Las personas tienden a evitar tomar riesgos. En general las personas prefieren resultados seguros a resultados arriesgados, aún cuando el valor esperado de estos últimos sea igual o superior, para ellos es más fácil una pérdida arriesgada cuando con toda seguridad vamos a perder, a una pérdida segura.
Los juicios de probabilidad, de las personas que se sienten satisfechas personas en un estado de emotividad positiva o de buen humor son mayores para las ganancias y menores para la pérdida. En comparación a las personas en un estado normal, definido como personas en un estado de ánimo intermedio, ni muy optimistas ni pesimistas.
El grado de confianza inicial en que un resultado se produce, afecta a la satisfacción de la persona con el logro del resultado positivo. Los sujetos perciben los resultados inesperados positivos como más atractivos que los resultados positivos esperados. Y los resultados negativos inesperados como más repulsivos que los resultados negativos esperados. Los valores influencian las probabilidades fundamentalmente en situaciones en las que las probabilidades no tienen una base sólida. En situaciones en las que los indicios acerca de las probabilidades subjetivas son conflictivos, ambiguos, mal definidas o no pueden ser contrastadas por la experiencia previa.
La auto eficacia percibida, para la consecución de la meta incrementa el nivel de esfuerzo. Y en la perseverancia en el desarrollo de actividades difíciles, el individuo busca discrepancias motivadoras (1) que se perciban como realizables.
Fases del establecimiento de metas.
1.- Especificar objetivos generales y tareas a realizar.
2.- Definir la forma que se va a medir la actuación.
3.-Establecer el nivel de producción o de rendimiento.
4.-Evaluar las metas según dificultad.
5.-Establecer prioridades entre las metas.
6.-Coordinación de las metas parciales en los grupos.
7.-Las consecuencias del punto anterior
8.-Clarifica las expectativas y elimina el aburrimiento. Incrementa el interés por la tarea, la confianza en sí mismo, y la actuación.
(1) Objetivos que no se han logrado con respecto a lo que el sujeto desea, pero que se perciben como realizables.
Otro concepto en este campo es el Pensamiento Ilusorio. Ante riesgo moderado, crea una expectativa positiva. Pero frente al alto riesgo la persona exagera la probabilidad de ocurrencia de hechos negativos. La motivación se incrementa cuando el sujeto tiene información sobre su actuación. El conocimiento de la propia actuación incrementa el poder motivacional del auto establecimiento de metas.
En la medida en que la meta es específica, es más probable que el empleado se sienta motivado y que genere actitudes positivas hacia las actividades que posibiliten alcanzarla. La proximidad de la meta está estrechamente con la motivación. Existen antecedentes en el conductismo (2), como el concepto de modelamiento de la conducta por aproximaciones sucesivas. El modelado de la conducta considera que no se puede llegar a ejecutar una determinada conducta si el sujeto no ha aprendido el conjunto de conductas previas en que se basa la conducta objetivo. La auto motivación se mantiene mejor, a través de una serie de submetas próximas, que están jerárquicamente organizadas, para asegurar avances sucesivos hacia las metas finales dominantes – nuestras metas objetivo – a largo plazo. Las metas finales tienen una función direccional general, pero son las submetas específicas las que determinan la elección inmediata de actividades y el esfuerzo que se desarrollará para su consecución.
Para finalizar, otro concepto importante ya indicado, es la auto eficacia percibida para la consecución de la meta. Incrementa el nivel de esfuerzo y la perseverancia en la realización de actividades difíciles.
(2) Campo de la Psicología que se centra en el estudio de los mecanismos de aprendizaje, de la conducta observable, mediante recompensas del ambiente físico y social.
José Mª Luz Arcos. Licenciado en Psicología.
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