En el transcurso de nuestra vida, entrenadores, consejeros y mentores han guiado nuestro desarrollo en deportes, educación y práctica profesional.
Algunos casos como el de atletas han tenido coaches o entrenadores, otros como figuras públicas han tenido consejeros, y algunos más como hombres o mujeres exitosos en los negocios, han tenido mentores para apoyarse en la búsqueda de dirección y crecimiento.
Se trata de una relación que valoramos, apreciamos y conocemos bien. Un coach, un consejero, un mentor, no importa el término que se desee usar, es alguien dedicado a nuestro éxito. Él o ella es alguien en quien podemos confiar para ayudarnos, guiarnos y desafiarnos a alcanzar nuestros sueños.
Un coach nos mantiene enfocados en los objetivos tangibles que necesitamos para hacer realidad esos sueños, alguien que nos hace responsables de crecer en la dirección correcta, alguien que comparte nuestros buenos y malos momentos durante el proceso, y así mismo, alguien de quien aprendemos lo que no sabemos, sino también lo que ni siquiera sabíamos que no sabemos.
Un Coach es un agente de cambio positivo en la vida de todos aquellos que están en los negocios con los que el Coach trabaja. Aporta un cambio positivo a sus vidas porque les impulsa y guía en la búsqueda de los objetivos que quieren alcanzar, pero que a menudo no saben cómo alcanzarlos.
El Coaching tiene como misión ayudar a las personas a definir metas claras, y a establecer un plazo específico para alcanzarlas, además de un plan de acción muy concreto, que será monitoreado en conjunto.
Las metas pueden ser desde superar un problema de interacción personal, hasta alcanzar objetivos profesionales. El coaching es un proceso bien definido, que tiene puntos de partida y de llegada.
A diferencia de la actividad que lleva a cabo un mentor, la cual implica una relación a largo plazo, el coaching tiene un tiempo limitado. En la relación con un mentor el final es abierto.
El coaching tiene una duración determinada y trata cuestiones específicas, cuyos resultados son medibles en cada tramo del camino. El trabajo de un mentor acarrea un bagaje emocional mayor. El del coach no posee esa connotación. Si alguien no cumple un compromiso, un mentor podría decir: “Usted me ha desilusionado”. En cambio, un coach dice: “Esto es lo que usted dijo que haría, y no lo está haciendo”.
Todo proceso de coaching empieza con un análisis real de las debilidades y fortalezas de una persona. Un coach no es alguien que se limita a alentar. El coaching está muy orientado a la acción, descubre qué quieren lograr las personas en su trabajo, y les ayuda a imaginar cómo llegar a esa meta. Un coach ayuda a la gente a entender y actuar sobre lo que debe cambiar para alcanzar sus objetivos profesionales.
Para un buen gerente, será suficiente dedicar el cinco por ciento de su jornada laboral al coaching, y finalmente descubrirá que esa tarea lo ayuda a ahorrar tiempo por medio de la mayor productividad y mejor desempeño de su equipo y de sí mismo (si él es quien está trabajando con un coach). A largo plazo, la recompensa es mucho mayor porque el coaching promueve la independencia en la gente, por ello les enseña a las personas a resolver los problemas por sí mismas.
No es necesario ser un psicólogo titulado, para ser un buen coach, sólo hay que estar psicológicamente dispuesto a manejar cuestiones personales y emocionales. El coaching no se enfoca demasiado hacia el pasado y hacia sus problemas ocultos, por el contrario, indaga en el presente y está orientado al futuro.
Muchos ejecutivos consideran al coaching como una “habilidad gerencial menor”; es decir, que no tiene un efecto inmediato en los resultados del negocio. Pero lo cierto es que el coaching produce resultados más consistentes que otros enfoques de gestión, para empezar, desarrolla la creatividad de la gente.
Por otra parte el coach le alienta a ser más flexible, a adaptarse a situaciones nuevas. Esta clase de respuesta de los empleados puede tener un efecto sustancial en los ingresos de una empresa. El coaching es una inversión en una persona y dará resultados reales, sobre todo en el mediano plazo y largo plazo.
El coaching tiene un impacto positivo en el desempeño y resultados reales de la organización, pero no a corto plazo. Hay que apuntar a quienes se convertirán en importantes activos para la empresa, en el futuro.
Jorge Guarrama, Action Coach
jorgeguadarrama@actioncoach.com
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