¿Qué está pasando con nuestra moneda? Bueno, sin duda, para entenderlo tenemos que recordar qué fue lo que provocó su fortalecimiento: punto número uno, las remesas y sus máximos históricos de este año, de tal suerte que cada mes nos llegan en promedio cinco mil millones de dólares; también no dejemos de lado la tasa de interés que se ubica en 11.25%, y eso deja un diferencial atractivo de tasa de rendimiento para los inversionistas extranjeros; y al mismo tiempo, hemos visto una inflación a la baja y por debajo del 5%.
Poco se menciona, pero la reactivación de turismo, que desde enero ha sido un completo boom con ingresos turísticos generados de 15 mil 577 millones de dólares (12.8% más comparado con el mismo periodo de 2022), tiene un papel protagónico; y, por último, las exportaciones, que por muy extraño que parezca, están a un gran nivel e incluso estamos compitiendo con China como el exportador número uno hacia Estados Unidos.
Todo lo anterior se oye excelente, excelente, pero, tenemos que considerar el otro lado de la moneda: el dólar, por su lado, se ha debilitado frente a sus pares de primer mundo, como el euro, el yen japonés, la libra esterlina y el franco suizo; sin embargo, en las últimas semanas mostró muy buena recuperación, lo que por consecuencia debilita al peso mexicano.
Hace dos semanas el peso mexicano generó pérdidas frente al dólar estadounidense, pero, si lo ponemos en perspectiva, la semana previa se ubicaba en 16.57, por lo que podemos ver una clara depreciación de casi 5% en menos de cinco días.
Entonces, ¿se acabó el gran momento del peso fortachón? Como inversionistas tenemos que considerar que siempre es muy buena idea acumular posiciones en dólares cuando tenemos buen precio; el tipo de cambio actual nos sigue ubicando en niveles de hace cinco o seis años, así que independientemente de si es por negocios, por placer o por compromisos en dólares, los números ahí están y cada uno decidirá cómo le funcionan en sus estrategias de inversión.
Por Iván Sosa, Socio Fundador de WR´S PRIME
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