La mayoría de las empresas en México son familiares y por la dinámica demográfica del país, sus propietarios suelen ser menores de 55 años, en la generalidad de los casos. Quizá por ello son muy pocas las empresas familiares mexicanas que tienen listo un plan de sucesión, el cual prevea qué hacer en caso de que el capitán o dueño falte en razón de edad, retiro o simplemente, por un accidente o muerte repentina.