Fracasar también es parte de emprender
Cuando se inicia un negocio, es raro considerar la posibilidad de un descalabro que lleve a su cierre definitivo; hacerlo sería, según la mayoría, tomar una actitud “pesimista”, “fatalista” o “negativa”.
Cuando se inicia un negocio, es raro considerar la posibilidad de un descalabro que lleve a su cierre definitivo; hacerlo sería, según la mayoría, tomar una actitud “pesimista”, “fatalista” o “negativa”.