Hay ciertas cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás existe la izquierda mexicana. Esta frase, que hizo famosa la tarjeta de crédito MasterCard, se acopla de una manera sublime a esa parte de la izquierda mexicana que la pasada tarde dominical, en el centro de la ciudad de México, con AMLO al frente, convirtió al Zócalo en el patio de una bolsa de valores donde anunció con bombo, platillos e inclusive, con la tradicional campanada de apertura, la venta de acciones y la inversión de todo su capital político, en el gran juego electoral para la presidencia de México en el 2012.
Marco V. Herrera B.
Hoy, México tiene una enorme tristeza
El país está triste por tener un asesinato político más en su historia; por ver a los políticos medrando con el asesinato y reclamando a quien, a su vez, pretende sacar provecho propio con esta muerte; por ver a un gobierno que confunde el acto de poder del Estado, con un simple y tardío llamado al diálogo; por ver cómo el juego electoral está por encima de la seguridad del Estado y de sus ciudadanos; por ver la mezquindad de los políticos al buscar culpables de sus actos colectivos; y, finalmente, México está triste por ver al Estado mexicano y a sus instituciones, vulnerados, por la gran incapacidad del gobierno para tomar las decisiones de Estado adecuadas para evitarlo.