Con la creciente ola de catástrofes naturales que se están viviendo en todo el mundo, como los temblores, erupciones, tsunamis, inundaciones, ciclones, incendios como el de Santa Fé y muchos más, las empresas empiezan a poner atención en prever el riesgo de detener a causa de las mismas sus operaciones diarias, además de sufrir los terribles gastos del tiempo de inactividad.