“Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero“ Sabiduría indoamericana
Al ser parte de una sociedad basada en la excesiva producción y consumo, somos responsables de la crisis ambiental y la insostenibilidad que se hace presente. En dicho sentido es responsabilidad de la sociedad, de las universidades, de la sociedad civil y de las empresas, entre otros, hacer algo al respecto.
Para ti que tienes o piensas tener una pyme, es importante saber que la responsabilidad empresarial (RSE) se entiende como el compromiso consciente y congruente de cumplir íntegramente con la finalidad de la empresa tanto en lo interno como en lo externo, considerando las expectativas de todos en lo económico, social, humano y ambiental, demostrando el respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades y para la construcción del bien común.
En dicho sentido, las Buenas Prácticas Ambientales ayudan a las empresas a disminuir el impacto ambiental negativo provocado por sus actividades, sin la necesidad de sustituir o realizar cambios profundos en los procesos. Asimismo, su simplicidad y bajo costo permiten observar considerables resultados que equilibrarán e incluso pondrán fin a los efectos negativos.
“Al necesitar una baja inversión, su rentabilidad es alta, y al no afectar los procesos, son bien aceptados y nos ayudan a conseguir entre todos unos objetivos fundamentales: el Desarrollo Sostenible”. (Cerón, 2011)
Te aliento para que invites a cada una de las personas que forman parte de tu pyme a realizar un cambio en su actitud y poner en marcha las siguientes buenas prácticas ambientes:
- Controlar el consumo de energía: Determinar prácticas ambientales en la oficina produce hasta un 50% de ahorro. Algunas de ellas son configurar los computadores en “ahorro de energía”, apagar y desconectar los aparatos eléctricos cuando no se estén utilizando, no mantener encendidas las luces de un espacio que no se esté empleado y maximizar el uso de la luz natural.
- Disminuir el consumo de agua: Al ser un recurso indispensable para la vida es fundamental preservar su existencia. Enseña a que las llaves del agua no se mantengan abiertas mientras se realizan ciertas actividades (lavarse los dientes o manos), a que las áreas verdes se rieguen antes de 7:00 a.m. o después de las 5 p.m., para evitar su evaporación, a evitar arrojar por el desagüe sustancias como colillas, tampones, toallas sanitarias, aceite, pintura o cualquier objeto que pueda contaminar el agua. Asimismo, es primordial reportar al área de mantenimiento cualquier fuga o mal funcionamiento.
- Reducir el consumo del papel: Saca provecho de las nuevas tecnologías para reducir considerablemente el consumo del papel. Recuerda que hasta el 90% de los residuos de una oficina pueden ser de este material. Prefiere guardar y compartir tus documentos de manera digital, en lugar de sacar copias para cada trabajador. Imprime únicamente los archivos que así lo requieran, pero antes verifica que no haya ningún error y hazlo por ambas caras. Actualmente existen diversas opciones de papel reciclado que puedas emplear.
Como puedes darte cuenta, muchas de las buenas prácticas ambientes son de sentido común y si son constantes pronto notarás la diferencia.
¡Comparte esta información y dale un respiro a nuestro planeta!
Blanca Gutiérrez Mohedano, Alumna de la Maestría en Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México.
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