En muchas ocasiones, el impacto que tiene una micro empresa pasa de forma desapercibida, debido a que no pensamos cuanto aporta una pequeña empresa familiar, una papelería, una tienda de conveniencia, un restaurante, una zapatería, una cafetería entre otros. Sin embargo, la cantidad de este tipo de negocios es impresionante y constituye el 96% de empresas existentes en el país, emplean al 41% de los mexicanos y generan 48% del PIB.
En su mayoría, corresponden a negocios que son tradicionales y enfocados a comercios y servicios. Sin embargo el ser una micro empresa no quiere decir que desde ellas no se pueda innovar; de hecho algunas surgen a raíz de un proyecto innovador.
Un ejemplo de ellos, es la empresa Rennueva, que nace a partir de un proyecto de desarrollo tecnológico para el reciclaje del poliestireno expandido, mejor conocido como unicel. Al desarrollar la primer tecnología en el país para poder reciclar de manera eficiente el unicel, se buscó una manera de comercializarla y de hacer realidad el reciclaje de este material. Y para ello nos convertimos en una MiPyme.
Hay que tener presente que a la innovación no hay que confundirla con el hacer ciencia o tecnología, se puede crear en cualquier aspecto. El modelo de negocio, los canales de distribución, el concepto de empaque, la logística, el mercado… aunque pocas veces nos ponemos a pensar en ello, existen diferentes casos en los cuales se ha innovado en este aspecto; por ejemplo Spotify, con su innovador canal de distribución o como la marca española Ikea con su empaque y con el mercado “Do It Yourself”.
Estas empresas han alcanzado el éxito gracias a planes de acción creativos, pero sobre todo que son integrales para su crecimiento y desarrollo. Ser un microempresario, nos hace tener una visión más amplia para notar que a pesar de tener una idea innovadora, el llevarla a buen término contempla diferentes factores más allá de la tecnología como:
• Capital Humano: es indispensable que el equipo núcleo de una MiPyME sea unido, multidisciplinario y crea en el proyecto, ya que al innovar, nadie sabe cómo va a reaccionar el mercado y puede llegar un momento que sea necesario hacer ajustes rápidamente en toda la estructura de la empresa. Es recomendable rodearse de expertos y de personal capacitado en las áreas críticas de la empresa.
• Gobernanza: establecer una organización social en la empresa con el fin de planear en tiempo y espacio antes de ejecutar, se vuelve algo indispensable, ya que al momento de pasar de emprendedor a micro empresario, se tiene que hacer una división social del trabajo.
• Visión: establecer más allá del típico misión, visión y objetivos, un mapa de crecimiento a 5 años. No proyecciones financieras, ni road maps; sino en dónde como empresa se desea estar y tratar de ser realista en el deseo.
• Capital económico: una MiPyME puede acceder a fondos del CONACyT, el INADEM, acceder a un crédito o si se tiene suerte, estar rodeado de “amigos, creyentes y familia” que pueden apuntalar el capital. Pero nunca está demás en pensar en una ronda de inversión a cambio de acciones.
• Pasión: Así es, además de fe en uno mismo y en el proyecto, ya que si no se cree en el proyecto, al primer resbalón o adversidad se dejará que el barco se hunda. Y ¿Cómo viene la fe? Símple, haciendo lo que a uno le apasiona.
Al final, la clave del éxito recae en la disciplina personal de los micro empresarios para así lograr sus metas y alcanzar sus sueños
Por: Héctor Ortiz, Director General de Rennueva y Jefe de diseño REPS-01
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