Tomando un curso de nutrición, hace uno años, la nutrióloga siempre nos decía que debíamos consumir menos calorías de las que nuestro cuerpo requería diariamente, para perder peso; pero aquellos que teníamos una actividad donde el uso del cerebro era prioritario nos daba tips, sobre qué comer para obtener energía suficiente sin que eso se notara en el resto de nuestro cuerpo.
Algunas de las cosas que nos decía podríamos consumir para que el cerebro produjera es el amaranto, 5 mitades de nueces, fruta solo por la mañana y comer más verduras que proteínas o carbohidratos.
Pero en general las recomendaciones son:
1. Lleva tu propia comida. Para llevar una dieta equilibrada es esencial que planees tus comidas, por lo que es recomendable que lleves tu propia vianda a la oficina y evites comer fuera en restaurantes.
2. Cuida las porciones. Procura no quedarte con hambre, pero tampoco te llenes hasta sentir que vas a explotar.
3. Consulta con un nutriólogo. Consulta con un experto para informarte sobre cuáles son los nutrientes que tu organismo necesita para ser más productivo.
4. Nunca te saltes el desayuno. El desayuno es la comida más importante del día y la que te dará la energía necesaria para poder cumplir con todas tus obligaciones sin agotarte.
5. Promueve un balance en la comida con tus empleados. Implementar un menú saludable que ayude a mejorar la calidad de vida de todo el personal, es lo mejor que puedes hacer ya que está probado que cuando uno se reúne con gente “gordita” tiende a comer mucho más.
Considerando que pasamos muchas horas del día sentados en un escritorio, es muy fácil tentarse ingerir alimentos poco saludables para sobrellevar el estrés cotidiano. Sin embargo, llevar una dieta balanceada entre semana es fundamental para conservar tu salud y aumentar tus niveles de productividad.
Adriana Maass Saad