1. Enfoca a tu personal
En tiempos de vacas flacas, no todo son recortes, también hay que apostar a la inversión humana.
Motivar a los empleados para aumentar su productividad es más que echarles porras, tiene que ver con inspirarlos para que vinculen sus motivos con las emociones, dice el consultor empresarial y profesional en Desarrollo Humano, Helios Herrera.
Esto ocurre porque “la inteligencia emocional se enfoca en satisfacer una necesidad, se toman los motivadores de cada uno y aplican la pasión para llevar a la empresa donde necesita ser llevada”, asegura el también director de general de HH Consultores.
Lo primero entonces para lograr una motivación ad hoc a las necesidades de los empleados y la organización es enfocar a la gente en una meta específica.
Cuando el individuo sabe qué tiene qué hacer y se lo pone como meta, es mucho más fácil que pueda encontrar sus talentos y compartirlos en beneficio de la empresa.
2. Escúchalo y alinea las necesidades
Cuando un empleado se compromete con la empresa, es fundamental preguntarle qué necesita para lograr sus metas.
Esta parte no sólo implica recursos materiales y tecnológicos, sino todos aquellos que influyen en el clima laboral, asegura Herrera.
Una vez que sabes qué requiere, el experto recomienda, en la medida de lo posible, negociar entre lo que el empleado dice necesitar y lo que la empresa puede darle para alcanzar las metas, es decir, alinear los recursos con sus expectativas.
“Las Pymes no siempre tienen todo el capital o recursos necesarios para ofrecérselos al colaborador, pero hay formas de usar soluciones creativas para satisfacer esas necesidades”, apunta el consultor empresarial.
3. No desperdicies talento
Lo primero que debes evitar para motivar correctamente a tus empleados, es que pierdan en tiempo hablando de la crisis y ocuparte de que se enfoquen en lo que realmente importa.
“Cuando un trabajador está más ocupado en analizar o tratar de comprender la incertidumbre que lo rodea, el talento se fuga”, apunta Helios Herrera.
En este caso debes esforzarte por encausar la energía y creatividad en alcanzar las metas del empleado con la empresa para potenciar la productividad.
4. Mantén los oídos atentos
Siempre hay que escuchar la creatividad de la gente.
“La cotidianeidad con la que se mueven las empresas obliga a su gente vivir en lo urgente, que no necesariamente es lo más importante, señala el experto.
Generalmente la creatividad se da en mediano plazo. Por ejemplo, cuando un empleado tiene una idea, hay que planearla, estandarizarla, probarla, etcétera, y en ese periodo de tiempo entre que ocurrió y se explota, a veces la misma empresa no da tiempo de que madure porque se ocupa más de lo urgente, sin dimensionar las soluciones de largo plazo.
De ahí la importancia de escuchar las buenas ideas de los colaboradores.
5. Dale su peso a cada cosa
Para motivar es necesario asignar formalmente recursos monetarios y de tiempo para incentivar el uso de la creatividad como un activo de la empresa.
Cuando la organización da un sueldo a sus colaboradores, básicamente le está comprando dos cosas: su tiempo y su talento.
“El empleado le vende a su empresa esto, pero cuando no se potencia la creatividad, la compañía está subvaluando a los colaboradores, les paga sólo por su tiempo y no saca ventaja de la creatividad que puede solucionar grandes problemas, aumentar la productividad y maximizar el uso de recursos”, opina Herrera.
6. Da certidumbre
En estos tiempos de crisis existe un clima importante de incertidumbre.
Cuando la gente no sabe qué va a suceder en su futuro inmediato, empieza a pre-ocuparse, es decir, a tratar de ocuparse antes de ser necesario.
“Esto se manifiesta, por ejemplo, en enviar CVs por si llego a perder mi empleo”, dice el consultor.
Cuando no hay certeza la mente del individuo divaga y enfoca sus esfuerzos en problemas que todavía no se presentan. No se puede motivar a la gente si no está segura ni tiene certidumbre, ya que es difícil que te crea cualquier mensaje que le des y mucho menos que confíe en ti.
7. Crea comunicación lineal
Es primordial propiciar la comunicación abierta y frontal entre el jefe y el subordinado, porque ayuda a recibir mejor las ideas de los involucrados.
“A veces cuando la cabeza de la organización decide suprimir dos plazas, sucede que en conjunto los empleados encuentran mejores ideas y más creativas. Por ejemplo, muchos están dispuestos a aumentar su carga laboral o disminuir un poco su sueldo para salvar otros puestos”, asegura Helios Herrera.
Recuerda que dos cabezas piensan mejor que una, pues cuando te saturas con un problema, deja de ver las obviedades y las soluciones prácticas.
Con esta estrategia permites que fluya la comunicación y generas una cohesión comprometida en el equipo de trabajo.
8. Aún tras el recorte, motiva
A pesar de tener reajustes en la plantilla laboral, un empleador puede motivar a sus trabajadores a través de la aceptación y ayuda para superar el duelo de la pérdida.
Cunado se dan sobrecargas de trabajo por el poco personal, hay que encaminar el manejo del estrés para evitar colapsos del clima laboral.
En las sobrecargas de trabajo, primero hay que saber que el estrés se debe a una sobre expectativa personal: “Cuando entiendes que hay cosas que puedes modificar y lo haces, o cuando sabes que hay algunas que hagas lo que hagas no cambian, una vez que lo entiendes y lo aceptas, vives la misma realidad sin una carga emocional de por medio”, asegura el consultor empresarial.
Ante esta situación lo primordial es recordar que la motivación obedece a satisfacer las necesidades humanas, que una vez resueltas, se verán reflejadas en beneficio de la empresa.
Redacción
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