9 tendencias emergentes en infraestructura durante 2018 

La infraestructura fomenta el crecimiento de la economía en el mundo, sin embargo, mientras las nuevas tecnologías y la innovación abren oportunidades de desarrollo, los gobiernos de enfrentan a riesgos de división social, financiera y política. 

 

Esto representa un freno para emprender acciones decisivas. Existen 9 tendencias que identifica el informe “Tendencias globales en infraestructura 2018 (Emerging Trends in infraestructura 2018) realizado por KPMG International: 

 

1. El choque de fuerzas en conflicto: Los creadores de políticas públicas deberán concentrarse en construir conexiones entre puntos de vista opuestos y encontrar mecanismos para equilibrar las necesidades de todos los interesados, esto si desean alcanzar resultados a largo plazo. 

 

“A pesar de los desafíos, hay lugar para la esperanza y el optimismo. Los mercados que cuentan con entidades de infraestructura robustas e independientes deben actuar con una visión más largo plazo, independientemente de la esfera geopolítica actual”, dijo Ignacio García de Presno, Socio Infraestructura y Asociaciones Público Privadas en KPMG México. 

 

2. Los responsables de planear la infraestructura empiezan a pensar a futuro. La infraestructura no está al ritmo de los cambios vertiginosos de la época, sino que se siguen desarrollando con expectativas de vida de 50 a 100 años, para las necesidades de hoy y no del mañana. 

 

3. La sostenibilidad en todas sus formas domina la agenda. Si se desea que los activos de infraestructura creen valor a largo plazo y mejoren la convivencia social, debe pensarse mucho más en la sostenibilidad. El informe prevé que los debates en torno a este tema en todas sus formas, serán más decisivos que nunca, para usuarios y planeadores, así como para inversionistas y propietarios. 

 

4. El ritmo del desarrollo se examina en el microscopio. Es vital que los responsables de la toma de decisiones enfoquen sus acciones con un renovado sentido de urgencia. 

 

En los siguientes meses se espera que los mercados reconsideren el ritmo de su planificación y la entrega de proyectos. En los mercados en desarrollo, esto significaría una desaceleración para analizar bajo el microscopio conceptos como priorización, idoneidad, resiliencia y sostenibilidad de cada proyecto. 

5. La seguridad se vuelve fundamental. Debido a que la infraestructura está continuamente bajo ataques y amenazas físicas o virtuales, en 2018 habrá un mayor enfoque en mejorar la seguridad de la infraestructura existente (para zonas públicas, rutas de tránsito masivo y peatones), integrándola a los nuevos desarrollos. 

 

6. Alineación entre los contribuyentes que financian y los beneficiarios.Los ciudadanos están dispuestos a pagar por la infraestructura, siempre y cuando se vean los beneficios. Se espera que los gobiernos e instituciones financieras piensen más críticamente acerca del equilibrio entre quien paga y quien se beneficia del desarrollo de la infraestructura.  

 

7. Madurez de los modelos de precios. A medida que la tecnología se sofistique, se espera que los reguladores se concentren en cómo balancear los modelos de precios dinámicos. Asimismo, surgirían nuevos esquemas dinámicos de fijación de precios aplicables por medio de una variedad más amplia de servicios. 

 

8. Beneficios más evidentes de compartir datos. Aunque en México la recolección y uso de datos es cada vez más palpable en la forma en que se diseña y opera la infraestructura, se tienen aún importantes inversiones que hacer en este sentido en muchos sectores de la infraestructura. La planeación en México debe abstraerse de divisiones políticas y atender más que nunca las necesidades de los usuarios y tomar en cuenta las posibilidades de la tecnología. 

 

9. La convergencia de las clases alternativas de activos. Es previsible que las líneas entre varias clases de activos continúen desdibujando una expansión en los fondos de capital destinados al sector de infraestructura. En los mercados desarrollados, esta tendencia está siendo impulsada por la búsqueda de nuevas oportunidades de inversión a largo plazo, pero en los mercados en desarrollo, el objetivo final parece capitalizar los crecientes niveles de industrialización. 

 

“México es parte de estas tendencias, dada la internacionalización de la infraestructura y la importancia que los usuarios dan a la tecnología. Ante ello, hoy más que nunca es necesario tomar mayor beneficio de la infraestructura que ya se tiene, apoyándose en la tecnología”, concluyó García de Presno. 

 

Redacción

  

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