Minuto a minuto, a cada instante, en todo momento, podemos mejorar; gestionar mejor nuestras responsabilidades profesionales, en beneficio de la empresa y de todos sus colaboradores. Si observamos, a dos empresas del mismo sector, con características similares; podemos preguntarnos ¿Por qué una es excelente y tiene tan buena reputación corporativa, y la otra es mediocre?
Nada nuevo hay bajo el sol, ni nada se construye en dos días. Se necesita tiempo y sobre todo intencionalidad, para crear una sólida imagen corporativa. La intención de querer ser mejores, de conseguir ser reconocidos como empresa excelente, por la calidad de los productos o servicios, por el respeto al medio ambiente, por su apuesta firme y decidida por la “acción social” interna y externa.
La ilusión, de generar cambios positivos, con la que cada día debemos levantarnos; es condición sine qua non para aportar ventaja competitiva a nuestras acciones en la empresa.
Los seres humanos, somos torpes, pero no tontos; sabemos cuando hemos actuado incorrectamente; sentimos, aunque intentamos enmascararlo, que no hemos aportado ni el cincuenta y cinco por ciento de nuestro rendimiento. Por ello, es muy importante la reflexión al finalizar la jornada laboral. Podemos preguntarnos ¿He cumplido con mi aportación a la colectividad? ¿Tiene sentido la labor que he desempeñado en mi puesto de trabajo?
No perdamos el sentimiento de aportación; cada acción, cada comportamiento, está interrelacionado con la estructura y el funcionamiento de la empresa, con la buena o mala imagen de la misma.
Parece que estoy filosofando, pero si quieren aprender filosofía nada mejor que levantarse temprano e ir a la lonja del pescado. Así, comprenderán fácilmente, lo que cuesta pescar un pez; la valentía de aquellas personas que en alta mar y en condiciones difíciles desarrollan su trabajo con alegría, y el orgullo de sentirse pescadores.
Día a día, avanzamos o retrocedemos en el logro de nuestras pequeñas metas cotidianas. Nos aventuramos a dar la cara en la resolución de los problemas que la vida laboral nos plantea o nos escondemos tras la sonrisa hipócrita, de cartón piedra, que tan de moda se ha puesto en el ámbito de las relaciones interpersonales en las empresas.
Cada cual, es libre y responsable, a la hora de elegir como actuar. Ser o no ser, e ahí la cuestión. Estar comprometido con el trabajo que uno desempeña y con el apoyo a los compañeros de trabajo que lo necesiten o sentirse un número en el organigrama de su empresa.
Manuel López Jerez, consultor y conferenciante BCC y Avalonred
www.relacionesinterpersonalesempresa.blogspot.com
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