Conformada por un grupo de expertos de la academia, el sector privado y la sociedad civil, se presentó la Iniciativa Mexicana para las Energías Renovables (IMERE), que propone el escalamiento rápido y responsable de las energías renovables para hacer a México más competitivo, alcanzando beneficios sociales, económicos y ambientales para todos los mexicanos. La iniciativa fue presentada en el Museo Nacional de San Carlos por: Odón de Buen, Vicente Estrada-Cajigal, Adrián Fernández-Bremauntz, Manuel Gómez-Peña, Pablo Gottfried, Gerardo Pandal, Vanessa Pérez-Cirera, Gabriel Quadri y Omar Vidal.
En México, 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la producción de energía, ya que ésta se genera en un 90% a partir de la quema de combustibles fósiles. Las proyecciones son que el consumo energético del país se incremente en un 3.3% anual, lo que implicaría un aumento en las emisiones en un 230% antes del 2030. Es por ello indispensable trabajar en el ahorro de energía por una parte y por otra en el escalamiento rápido y responsable del potencial de renovables que tiene México.
La capacidad instalada ha aumentado significativamente en los últimos años pasando de 2 Megawatts en 2005 a 519 Megawatts en 2010. Sin embargo, hoy en día todavía menos del 5% de la energía eléctrica en el país es provista por fuentes de energía renovable.
Las energías renovables son aquellas cuya fuente se encuentra en fenómenos de la naturaleza, procesos o materiales capaces de ser transformados en energía, y que se regeneran naturalmente, por lo que se encuentran disponibles de manera continua. Las tecnologías de energías renovables son eólica, geotérmica, hidráulica, solar, bioenergía y mareomotriz. “México podría aprovechar el enorme potencial de sus recursos naturales para convertirse en un líder mundial y proveedor de insumos en materia de energía renovable. La consolidación de un mercado de renovables a gran escala ofrece importantes oportunidades de negocios para desarrollar tecnología propia, capacitación adecuada y crear empleos más sustentables,” afirmó Vicente Estrada-Cajigal, presidente de la Asociación Nacional de Energía Solar.
Gabriel Quadri, director de Sistemas Integrales de Gestión Ambiental, indicó que “el desarrollo de las energías renovables exige un marco regulatorio favorable, un contexto adecuado de precios relativos para los energéticos, y} una política consecuente de parte del gobierno federal en materia fiscal y de gasto público. Es indispensable revisar
los esquemas de subsidio tanto a los combustibles automotrices como a la electricidad, que representan una carga muy onerosa para las finanzas públicas y un incentivo perverso que promueve la ineficiencia, el derroche energético y la emisión de gases de efecto invernadero”.
El sector empresarial puede jugar un papel fundamental en el desarrollo de la energía renovable. “No podemos esperar pasivamente a que el Estado haga todo, podemos y debemos participar activamente en el desarrollo de proyectos. La energía renovable contribuye a la competitividad de las empresas y a que tengamos mayor certeza sobre el costo de uno de los principales insumos de la industria: la electricidad. Claramente hay oportunidades de negocio para emprendedores con visión de largo plazo. Tan sólo en proyectos eólicos se podrían invertir en México más de 20 mil millones de dólares en los próximos 10 años, lo que generaría empleos en el país y desarrollaría a la industria nacional de alta tecnología,” señaló Manuel Gómez Peña, Director de Sustentabilidad de Walmart de México y Centroamérica.
La Iniciativa Mexicana para las Energías Renovables plantea una agenda con cinco propuestas para la próxima administración que se irán cuantificando, describiendo y comunicando en los próximos meses. Estas propuestas se basan en estudios científicos y experiencias exitosas, para impulsar el establecimiento de políticas que garanticen la seguridad energética, el crecimiento económico y de bajo carbono en México. En resumen, estas propuestas son:
1. Establecer metas ambiciosas pero alcanzables para las energías renovables al 2050 y aumentar el porcentaje de generación de electricidad a partir de fuentes renovables.
2. Facilitar el acceso de la energía renovable generada a la red de transmisión y distribución.
3. Establecer un sistema de precios e incentivos que refleje los beneficios ambientales y de seguridad energética que aportan las energías renovables.
4. Disminuir significativamente los subsidios a combustibles fósiles y reorientar el gasto público a la exploración y desarrollo de las energías renovables.
5. Considerar, dentro de la política nacional de impulso a las energías renovables, que un porcentaje determinado de sus componentes y/o sub-componentes sean de generación nacional.
“De cara al futuro, los mexicanos tenemos la posibilidad de cambiar el sistema de generación nacional basado en hidrocarburos, que muy pronto resultará obsoleto, por un sistema de generación distribuido, resiliente y, sobre todo, limpio,” dijo Gerardo Pandal, Director de Energías Renovables en Guascor de México.
Este tipo de enfoques se instrumentan ya con éxito en otras economías emergentes. “En la Iniciativa Sudafricana de Renovables, dada a conocer en diciembre pasado, la cual fue impulsada por WWF-Sudáfrica y lanzada por el gobierno de dicho país, el gobierno se comprometió a escalar rápidamente las energías renovables, agregando 19
Gigawatts de estas fuentes a la red para 2025, lo que representa el 9% de la oferta eléctrica nacional y una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 20% para ese año,” informó Vanessa Pérez-Cirera, Directora del Programa sobre Clima y Energía de WWF-México.
Redacción
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