Actualmente reconocida como una preocupación global, la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de problemas cardiovasculares, hipertensión, diabetes y hasta algunos tipos de cáncer. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que, en el mundo, 39% de los adultos están por arriba de su peso y 13% son obesos. En América Latina los números son todavía más alarmantes, 58% de las personas están arriba de su peso y 23% son obesas.
A fin de orientar a la población, la OMS recomienda que el consumo de azúcares libres sea menor que 10% del total de calorías ingeridas diariamente, lo que equivale a 50 gramos de azúcar por día. Esa ingesta está compuesta tanto por el azúcar de mesa como por el utilizado en la preparación de comidas y también por los azúcares utilizados en las fórmulas de los alimentos procesados, además de los azúcares naturalmente presentes en la miel, jarabes, jugos de frutas y en los concentrados de jugos de frutas.
En los países más grandes de la región, Brasil y México, las encuestas apuntan que 50% y 64% de la población, respectivamente, están en la franja del sobrepeso o de la obesidad. Además según el Ministerio de Salud de Brasil, los brasileños consumen en promedio 80 gramos de azúcar por día. De ese consumo, 64% es agregado al alimento durante las comidas y 36% está presente en los productos industrializados.
Frente a los impactos en la salud de la población, cambios de estilo de vida y comportamientos del consumidor, gobiernos de varios países instituyeron medidas para controlar el azúcar proveniente de alimentos procesados.
En 2018, diversas categorías de la industria de alimentos de Brasil, entre ellas ABIA – Asociación Brasileña de Industria de Alimentos y Bebidas -, firmaron un acuerdo con el Ministerio de Salud y Anvisa – Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria – para reducir 144 mil toneladas de azúcar de los alimentos industrializados hasta el 2022 en el país.
En Chile, las medidas fueron aún más incisivas, incluyendo, entre otras acciones, la adopción de etiquetas con alertas en alimentos con exceso de sal, azúcar y grasas.
Siguiendo este ejemplo, México busca establecer regulaciones más estrictas. En 2014, el gobierno instituyó un impuesto sobre el azúcar y en agosto de 2019 la Secretaría de Salud informó que endurecerá la regulación del mercado de alimentos procesados y abarcará la promoción de una mejor alimentación dentro de las escuelas. Los puntos principales de esta estrategia, misma que será incorporada en un par de meses en el Programa Sectorial de Salud, incluirán un nuevo etiquetado frontal de advertencia en bebidas y alimentos procesados, así como una estricta regulación publicitaria.
Para impulsar al mercado productos nutricionalmente mejorados atados a su portafolio; Taste & Nutrition, en 2018, Kerry realizó un estudio propietario en seis países de América Latina, “El consumidor y la Etiqueta Limpia”, con el objetivo de escuchar directamente de los consumidores lo que ellos entienden por ese término utilizado por la industria, pero también para saber lo que ellos desean encontrar en los productos que consumen.
Con base en el resultado, quedó que el ‘reducido en azúcar’ es uno de los reclamos buscados en la etiqueta de los productos, los consumidores de todas las áreas investigadas afirmaron que el azúcar es uno de los ingredientes que ellos analizan al leer la tabla nutricional: Brasil 69%, Guatemala 67%, Colombia 65%, México y Costa Rica 64%, Argentina 51%.
Pero es al buscar el equilibrio entre menos azúcar y la manutención del sabor en los productos que la industria encuentra uno de los mayores desafíos de los últimos años.
La conclusión a la que llego Kerry al analizar todos esos datos, y la orientación que ha dado a sus clientes, es que actualmente, productos vencedores son aquellos que además de usar menos azúcar en la fórmula, también ofrecen perfiles balanceados, son indulgentes y presentan sensaciones amigables al consumidor. Todo un reto más, pero Kerry está preparada para cumplir a sus clientes.
Soluciones para la adecuación de la industria
De acuerdo con Kerry, los procesos utilizados por la compañía permiten desarrollar soluciones de alto desempeño y rentables. TasteSense™ Sweet presenta desempeño de modulación superior, gusto limpio y no tiene sabor residual, entregando la percepción de dulzura y el sabor preferido por los consumidores.
Algunos diferenciales presentados son la tendencia Clean Label (Etiqueta Limpia), ya que la línea fue desarrollada con aromas naturales, la funcionalidad de uso en diversos mercados y el foco nutricional, pues la formulación es más amigable para el consumidor. La tecnología puede ser aplicada en bebidas, panificación, helados y lácteos. El portafolio es flexible y ofrece soluciones líquidas y en polvo
Redacción
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