Llegó el momento de reconocer y de darles, más que nunca, el lugar que merecen a los emprendedores quienes son el crecimiento de la economía mundial. La pequeña empresa, los micro, pequeños y medianos negocios representan más del 90% del total de empresas en el mundo. Por si esto fuera poco, generan entre el 60% y el 70% del empleo; además, son responsables del 50% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel global, según con datos del Consejo Internacional.
Con el fin de alcanzar un desarrollo sostenible a través de la promoción de la innovación, la creatividad y el trabajo para todos, desde 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 27 de junio como el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas.
Las cifras lo confirman, su papel es la columna vertebral de la economía nacional ya que, a pesar de la emergencia sanitaria, en México se lograron mantener 3.9 millones de MiPyMEs y surgieron 619,443 nuevos establecimientos, lo que representa el 12.8% de los negocios mexicanos; también se estima que las Pymes contribuyen con un 78.5% al empleo en el país, mucho más que en otras economías de la región.
Además de promover el consumo de bienes y servicios de las MiPyMEs, con esta conmemoración se reconoce la importancia de promover la formalización, su participación y evolución en los mercados internacionales, regionales y nacionales, mediante la accesibilidad a servicios financieros como el micro financiamiento y el crédito. Parte fundamental del crecimiento y permanencia de este tipo de empresas se debe a las herramientas digitales que han permitido un adecuado control y adaptación a los nuevos esquemas de trabajo.
El futuro es hoy
Más allá del éxito financiero, la permanencia es uno de los grandes temas a superar en los primeros años. Se sabe que el 65% de las PyMEs mexicanas no pasa los cinco años de operaciones y su tiempo de vida promedio es de 7.8 años.
Algunos de los factores que ponen en riesgo su supervivencia son la falta de control financiero, ya que no tienen claridad de cuánto ganan o pierden, en qué y cómo gastan sus recursos; así como la mala administración del inventario, lo cual implica altos costos y la pérdida de clientes y ventas al no contar con una fuente certera de abastecimiento.
“Se reconoce que una forma de mejorar la situación económica en México es el impulso a las PyMEs, y en específico, el uso de herramientas digitales ha sido fundamental para su crecimiento y permanencia en el mercado. La automatización de las operaciones administrativas, la movilidad y la migración a la nube, son factores que han permitido a muchas empresas dar continuidad a sus operaciones, tener un mayor control de su negocio y adecuarse a los nuevos esquemas de trabajo”, argumenta Gilberto Sánchez Vázquez, director general de Aspel, compañía en el mercado de software administrativo.
“Por ello, hoy más que nunca, es necesaria la transformación digital a través de la tecnología para incrementar la productividad, eficiencia y competitividad; además, de que hace posible reinventar las ventas, lograr una oportuna y eficaz atención al cliente, proteger a los colaboradores y dotarlos de recursos que faciliten su trabajo diario desde donde se encuentren”, agrega el director general de Aspel.
“Tenemos mucho que agradecer a las MiPymes, de ellas es el presente y el futuro; sin embargo, los principales protagonistas de la transformación de la cadena productiva serán aquellos negocios impulsados por la oportunidad, la adaptación e innovación, pero en especial, que cuenten con una buena gestión administrativa accesible en todo momento y lugar”, concluye Sánchez Vázquez.
Redacción
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