El comercio electrónico, entendido como la realización de transacciones a través de medios electrónicos para el comercio de bienes y servicios, ha tenido una creciente difusión alrededor del mundo, complementando así al trato físico directo.
En México ha aumentado considerablemente, estimando que aportará un total de 47 mil millones de pesos a la economía nacional durante 2011, 28% más que el año pasado. Esta cifra representa alrededor del 0.4% del producto interno bruto, aunque todavía se considera por debajo del promedio de Latinoamérica, y mucho más bajo en comparación al 0.7% que representa para la economía chilena o casi el 1% que alcanza en Brasil, el país con mayor comercio electrónico de la región.
¿Cuántos e-consumidores y qué compramos?
Los e-shoppers o compradores en línea representan 12.5% de los internautas en el país, lo que significa que 4.4 millones de mexicanos utilizan este tipo de tecnología para la adquisición de bienes y servicios.
Entre las compras más importantes, los boletos de avión representan el 69%, destacando la importancia del e-commerce dentro del sector turismo. En segundo lugar, los equipos de cómputo abarcan 8%, que sumados con el 4% que representa la compra de accesorios para celulares más el 3% en el rubro de electrónica, audio y video, abarcan una importante proporción de las compras en línea, generando un círculo virtuoso alrededor de la nueva tecnología y los productos de vanguardia. Finalmente, la compra de boletos para espectáculos vía internet ha sido una parte exitosa del modelo, con 4% del total de las ventas por este medio.
Barreras del comercio electrónico
Respecto a los medios de pago, 40% de las compras se realizan con tarjetas de crédito, 17% mediante transferencias en línea y 16% son depósitos en sucursal, por mencionar los más importantes. Desafortunadamente, el limitado acceso que tienen los mexicanos a servicios financieros es una de las limitantes más importantes para el desarrollo del comercio electrónico. En México, la penetración de servicios bancarios alcanza apenas 25%, muy por debajo del 35% que representa el promedio en Latinoamérica. Adicionalmente, sólo 23% de los mexicanos cuentan con una tarjeta de crédito y 60% de débito, que generalmente no es aceptada en este tipo de transacciones, lo que dificulta aún más la difusión del e-commerce en el país.
Otra de las barreras que enfrenta el mercado es la falta de confianza del consumidor, que se refleja directamente en el hecho de que sólo 4% de los mexicanos realizan compras en línea. Esta situación puede atribuirse a diversos factores, entre los que se encuentran el miedo a compartir información personal, especialmente bancaria, a pesar de las nuevas regulaciones emitidas por el Banco de México durante 2010 en pro de la protección al consumidor. Dentro de las nuevas obligaciones que deben cumplir los bancos está la de reembolsar al consumidor dentro de los 4 días siguientes a la recepción de la queja por cargos no reconocidos. Para ello, el usuario cuenta con 90 días a partir de la fecha de la transacción para realizar la reclamación.
Por su parte, y aprovechando que el día del cartero se celebra en estas fechas, la desconfianza del consumidor sobre la recepción del producto es otro factor que merma la industria. 36% de los consumidores afirman tener este tipo de dudas y si a ello adicionamos los altos costos de envío que generalmente representan las compras vía electrónica, la mayoría de los consumidores mexicanos prefieren ir a la tienda física para asegurar la recepción de sus productos personalmente.
El camino hacia adelante
Finalmente, el motivo más relevante para el rezago del comercio electrónico en México es la baja penetración de banda ancha entre la población, ya que apenas alcanza 11.2%. El mercado mexicano tiene un gran potencial de crecimiento debido principalmente a 2 factores; en primer lugar, el hecho de que parte de una base de clientes más pequeña le permite mayores tasas de crecimiento. En segundo lugar, las elevadas tasas de crecimiento que ha mantenido le ofrecen la posibilidad de alcanzar los niveles de países más desarrollados, siempre y cuando se subsanen los problemas anteriores.
En resumen, el potencial de México para el comercio electrónico es grande, con importantes ventajas que aportan diversos beneficios a los usuarios. Con el aumento en la penetración de servicios de banda ancha y financieros en el país, una mejor oferta de productos y servicios, además de medidas de seguridad efectivas en la protección de datos, no cabe duda que el comercio electrónico mejorará los términos de intercambio de bienes y servicios, beneficiando directamente al consumidor final.
Ernesto Piedras epiedras@the-ciu.net Twitter @ernestopiedras
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