Sin duda, una de las metas de todo empresario es entregar el mejor producto y servicio posible; sin embargo, esto no siempre ocurre si no se establecen claramente estándares para cada paso del proceso de producción. Las PyME pueden comenzar con una evaluación básica y continuar con un proceso de mejora continua que incluso abriría las puertas a mercados internacionales.
En palabras de expertos de La Salle, lo primero es considerar si los productos tienen una calidad adecuada o no, para ello es importante evaluar lo siguiente:
– Que el producto que se está elaborando sea apto para lo que el cliente está pidiendo
– Que cumpla con las especificaciones del cliente, que pueden estar representadas en normas oficiales mexicanas.
– Considerar que el producto ofrezca un “plus”, un valor agregado contra la competencia.
– Verificar la confiabilidad de mi producto, que el producto cumpla con sus características a lo largo del tiempo pues si es confiable puedo otorgar garantías.
Si identificamos que hay áreas que mejorar, hay que gestionar un proceso de calidad. Y es muy importante considerar que lo primero es contar con el apoyo total de la dirección de la empresa pues si no existe, cualquier intento por mejorar la calidad falla.
Si se cuenta con él, entonces puede comenzar el proceso de gestión en las siguientes etapas:
- Establecer una política de calidad con base en la visión y misión de la organización.
- Darla a conocer a todos los involucrados en el proceso directa o indirectamente.
- Fijar índices que permitan medir el estado de calidad en cada fase de elaboración del producto. Esto parece sencillo pero no lo es, se comienza con ciertos índices y muchas veces no sirven. Poco a poco, al tener un proceso de mejora continua, se llega a lo que es valioso para mejorar la calidad.
- Controlar de forma estadística los indicadores para observar los puntos a mejorar; aquí hay información dura, matemática, que permite validar avances respecto del proceso.
- Si los indicadores resultan deficientes, hay que implementar un ciclo de mejora continua:
- Planear corrección al proceso de producción.
- Implementar la corrección planeada
- Verificar que los indicadores hayan mejorado; si no es así, hay que volver a hacer la corrección.
- Documentar en un manual de operación las correcciones exitosas.
Este proceso debe repetirse continuamente a fin de mejorar el desempeño, siempre hay algo que mejorar y lo más adecuado es realizar controles de calidad tan frecuentemente como sea posible. Finalmente, todos queremos siempre dar lo mejor a los clientes.
Itzel Castellanos