El siglo XXI está caracterizado por una serie de revoluciones tecnológicas que han llevado a las economías a generar cada vez mayor valor en los sectores productivos relacionados con la aplicación práctica del conocimiento científico y tecnológico.
En este sentido, el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Pedro Núñez, reiteró la necesidad de establecer en el país políticas de Estado a corto, mediano y largo plazo que permitan fortalecer la cadena educación-ciencia y tecnología e innovación, buscando generar condiciones para un desarrollo constante.
El Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2007-2012 (PECITI), es el instrumento fundamental de planeación del gobierno mexicano para definir una política de estado en la materia, cuyas estrategias contemplan objetivos transexenales y la identificación de áreas potenciales del conocimiento, requeridas para mejorar el nivel de vida de los mexicanos.
Lo anterior, señaló Núñez en conferencia de prensa, al anunciar la séptima edición del Premio Internacional de Investigación Financiera IMEF-Deloitte 2009, cuya fecha límite de entrega de trabajos será hasta el 14 de agosto. El Premio está dotado de 470 mil pesos en total para los ganadores de las tres diferentes categorías: Investigación Financiera Empresarial, Investigación Macrofinanciera y Trabajos de Investigación Aplicada o Tesis.
No obstante, para el IMEF los objetivos serán difíciles de alcanzar si la inversión en este campo no se fortalece. El Presupuesto Federal de Egresos 2009 destina únicamente, 43,529 millones de pesos, equivalentes al 0.33 por ciento del PIB, monto lejano a lo establecido en el Artículo 9 de la Ley de Ciencia y Tecnología, la cual dicta que el país debe invertir al menos el uno por ciento del PIB en investigación y desarrollo tecnológico.
Además, el problema del financiamiento a la investigación se agudiza con la débil contribución de la iniciativa privada, esto a pesar de que la Ley del ISR decreta una deducción fiscal de 30 por ciento a las inversiones de empresas destinadas a la investigación y desarrollo, agregó el ejecutivo.
El IMEF confía en que la iniciativa privada revierta esta situación con el reciente anuncio del gobierno federal, quien invertirá en el presente año 2,500 millones de pesos para el desarrollo de proyectos tecnológicos, lo cual, permitirá a las empresas aumentar su productividad, competitividad y generar más empleos.
Para lograr lo anterior, dijo, es necesaria la vinculación entre los centros educativos y de investigación y el sector productivo, de forma que los recursos tengan el mayor impacto posible sobre la competitividad de la economía.
En estos momentos, expresó, México debe apostarle a la inversión en investigación y desarrollo, para impulsar con mayor fuerza la ciencia y la tecnología, y evitar que se agudice el estancamiento de la economía, advirtió Núñez.
Estados Unidos produce el 38 por ciento a nivel mundial de la investigación y desarrollo y Europa genera otro tanto, mientras que México sólo aporta el 0.7 por ciento, situación que se debe cambiar, abundó.
El organismo destacó que las empresas deben desarrollar estrategias propias para convertirse en imanes de talento, además de impulsar y crear iniciativas orientadas a brindar más espacios a la investigación.
En el evento, Núñez Rodríguez, dijo que es impostergable que México le apueste a la investigación y desarrollo para permitir al país ser menos dependiente y vulnerable del exterior.
Mayor información visite: www.imef.org.mx, www.deloitte.com/mx y el correo electrónico: premio.imef-deloitte@imef.org.mx
Salvador Guerrero