Estamos experimentando, particularmente en los últimos meses, una economía de mercado que ya no diferencia entre grandes, medianas y pequeñas empresas, ahora, la oportunidad de hacerse de un producto estrella está para quien pueda ofrecer la mejor propuesta en función del costo-beneficio, lo que ha permitido la revalorización de la Competitividad Empresarial.
Con esto, parecería que se han dejado a un lado las prácticas tradicionales de gestión para dar paso a nuevas formas y alternativas de prosperidad y éxito organizacional, llevando así a que la Competitividad Empresarial ya no se centre (para algunos mercados) en la distinción final del producto, sino en el proceso, ofreciendo de esta manera una Nueva Ventaja Competitiva centrada en la “composición y construcción”.
Por ello, uno de los conceptos que cobrará más importancia en los próximos años será el de Eco-Eficiencia. El término podría confundirnos por un segundo, porque de inmediato pensamos en el ahorro de luz, agua o materiales para la fabricación, pero va más allá, éste se enfoca en la disminución de impactos ambientales a través de la reingeniería de productos o servicios, la dispersión reducida de materiales tóxicos, la adopción del reciclaje de forma más significativa, en el máximo uso de recursos renovables, mayor durabilidad y vida útil de los productos o el aminoramiento en la intensidad de materiales.
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El World Business Council for Sustainable Development describe a la Eco-Eficiencia como “lograr la entrega de bienes y servicios a precios competitivos que satisfagan las necesidades humanas y brinden calidad de vida, mientras se reduce progresivamente el impacto ecológico”, definición que busca crear una armonía entre la economía y el cuidado del medioambiente, lo que combina dos de los tres ejes del desarrollo sostenible, llevándola así a ser considerada como una de las mejores herramientas para promover la contribución empresarial hacia el cumplimiento de metas de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) o indicadores particulares de Responsabilidad Social Empresarial, además de llegar a ser el factor diferenciador que las empresas buscan como Ventaja Competitiva.
Sin duda, un reto para las compañías que desean adoptar nuevos procesos alineados a la sostenibilidad, porque más allá de lo que se puede generar en beneficio de la organización misma, hace falta una sensibilidad operativa que se identifique con nuevos paradigmas de cambio y transformación social; llevándo así a las empresas a observar otras ventajas en la Eco-Eficiencia como, la integración de clientes y proveedores para optimizar toda la cadena de suministro, poder establecer alianzas estratégicas para brindar soluciones o alternativas para la industria, crear diferenciadores claros de producto o servicio que contribuyan al posicionamiento de marca y lo más importante -me parece- llegar a ser reconocidas como empresas pioneras y de referencia social por su fuerte contribución a la Green Recovery.
Pero, ¿es esto suficiente para tener los efectos transformadores necesarios de responsabilidad social que nos hacen falta como sociedad a través de la acción y participación empresarial? La mejor respuesta, la tendrá usted.
Mtro. Mauricio Guerra Minchaca Académico de la Facultad de Responsabilidad Social Universidad Anáhuac México
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