Se calcula que el volumen de comercio mundial de productos tuvo una caída de 5.3% en 2020, la más fuerte desde 2009, año en que el comercio se contrajo 22%, según la Oficina de Análisis de Política Económica de Estados Unidos (CPB, por sus siglas en inglés).
En el caso de México, la Encuesta sobre el impacto generado por Covid-19 en las empresas (ECOVID-IE), de INEGI, revela que, de 1,873,564 corporativos en el país, 85.5% tuvo afectaciones a causa de la pandemia. La disminución de los ingresos fue el principal tipo de afectación reportado por 73.8% de las empresas.
Para 2021 la perspectiva se observa más favorable para el intercambio internacional de bienes y servicios ─16% podría ser el crecimiento para este año, de acuerdo con el Global Trade Update, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD)─, el problema es que no todas las empresas exportadoras cuentan con liquidez suficiente después de más de un año de contracción en sus operaciones.
El problema es que los modelos tradicionales de financiamiento no parecen ser ya tan atractivos para empresas que buscan aprovechar el repunte que tendrá el comercio exterior. De acuerdo con el Banco de México (Banxico), en 2020, la proporción de empresas con algún crédito bancario era de alrededor de 30%, y casi 70% recurrieron a crédito con proveedores que, a su vez, también vieron su liquidez afectada por la pandemia.
En este contexto, el apoyo de la tecnología y bajo esquemas flexibles y transparentes, el factoraje ofrece liquidez a empresas para que continúen con sus operaciones en un entorno pandémico donde el flujo de efectivo no es constante y las instituciones financieras tradicionales no son una solución viable para todas.
Para un país, cuyo comercio exterior representa 78% de su PIB, según datos del Banco Mundial, la importancia de que las empresas vinculadas a este rubro cuenten con el efectivo indispensable se vuelve un tema prioritario para la economía del país. Y es ahí donde fuentes más modernas y flexibles de financiamiento, como el factoraje, pueden ayudar a seguir consolidando a México como uno de los 11 países más exportadores del mundo.
Beneficios del factoraje
Una de las lecciones que ha dejado la pandemia a las organizaciones, es que las más ágiles y las que mejor se adapten al nuevo entorno de negocios serán las que sobrevivan, y esto también pasa por la forma en que resuelvan problemas de liquidez. Es por eso que los modelos tradicionales de financiamiento no encajan con la realidad actual de las compañías, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que van resolviendo según las necesidades y proyectos que se les presentan.
No sucede lo mismo con el factoraje financiero, que es un proceso en el que una empresa comercializa sus cuentas por cobrar; en otras palabras, vende sus facturas a una institución financiera, obteniendo efectivo de forma inmediata, para de esta forma continuar sus operaciones.
En algunos casos, las empresas pueden recibir hasta 90% del valor de sus facturas en menos de 24 horas, y gracias a que cada vez hay más Fintech ligadas a este modelo de financiamiento, los procesos digitales se vuelven muy transparentes y menos burocráticos. Incluso, algunos jugadores del sector no cobran comisiones de apertura o mantenimiento, y todo sin riesgo de impago, bajo una arquitectura digital segura para las transacciones.
En algunos casos particulares, como el de Mundi, Fintech de factoraje que cada vez toma mayor relevancia entre las PyMEs exportadoras, posibilita a las empresas ofrecer plazos de pago a sus clientes en el extranjero, cuidando que su relación con ellos siempre sea la mejor.
Los requisitos para obtener financiamiento de esta forma son sencillos:
- Tener una empresa (persona moral) con al menos 1 año de operación
- Estar registrado en el SAT con opinión de cumplimiento positiva
- No registrar atrasos en el historial de crédito reciente
“Lo que nos hace diferentes es que mientras un banco se enfoca en grandes empresas, nosotros lo hacemos en PyMEs; mientras ellos tienen procesos basados en papel, nosotros somos 100% digitales; ellos tardan mucho tiempo en aprobar un financiamiento, nosotros en un máximo de 48 horas; en las instituciones bancarias están sujetas a horarios de atención, en nuestro caso estamos disponibles 24/7; la banca tradicional hace su análisis basado en un historial financiero, nosotros consideramos la información de facturación y exportaciones. Por si fuera poco, ellos te piden aval, nosotros no”, menciona Paulina Aguilar de Mundi.
Cabe señalar que algunos emprendedores que desean iniciarse en la exportación recurren a los venture capital (instrumentos de inversión que ofrecen capital a startups y empresas con potencial de crecimiento); sin embargo, en un esquema de esta naturaleza siempre hay que ceder parte de la empresa, lo cual no sucede con esquemas de factoraje, en los que los directivos tienen el control del negocio siempre.
¿Qué oportunidades de mercado puedes lograr a través del factoraje?
Prácticamente las que quieras. Las oportunidades están en cualquier parte del mundo y afortunadamente las actuales condiciones exportadoras para México están dando un vuelco muy positivo. Todo depende de saber escoger el modelo de financiamiento que mejor responde al entorno de comercio internacional que hoy tiene lugar.
Redacción
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