El próximo 14 de octubre de 2025, Microsoft dejará de ofrecer soporte técnico y actualizaciones de seguridad para todas las versiones de su sistema operativo Windows 10, incluyendo Home, Pro, Enterprise y Education. Este anuncio, aunque esperado, plantea un desafío considerable para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) mexicanas, muchas de las cuales aún dependen de esta plataforma para sus operaciones diarias.
Desde su lanzamiento en 2015, Windows 10 se convirtió en el sistema operativo de referencia para millones de empresas en todo el mundo. De acuerdo con el portal oficial de Microsoft, Windows 10 versión 22H2 será la última versión del sistema, y tras la fecha de finalización de soporte ya no recibirá parches de seguridad, mejoras funcionales ni asistencia técnica.
Para las PyMEs, que en muchos casos no cuentan con departamentos especializados en TI o con presupuestos amplios para infraestructura tecnológica, este cambio representa una posible vulnerabilidad operativa, financiera y legal si no se atiende a tiempo.
¿Por qué es riesgoso continuar usando Windows 10 después del soporte?
Una vez que finalice el soporte oficial, cualquier falla de seguridad detectada en Windows 10 no será corregida por Microsoft. Esto deja a las computadoras expuestas a ataques cibernéticos, como malware, ransomware y accesos no autorizados, que podrían comprometer datos sensibles del negocio, incluyendo bases de clientes, información contable o estrategias internas.
Microsoft lo explica claramente en su documento de soporte técnico: “Continuar usando una versión de Windows que ya no recibe soporte puede aumentar el riesgo de problemas de seguridad y estabilidad en el sistema”.
En México, además, este tipo de situaciones pueden derivar en incumplimientos legales. La Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares exige que las empresas tomen medidas razonables para proteger la información de sus usuarios. Operar con un sistema operativo sin soporte puede considerarse negligente ante una eventual auditoría o filtración de datos.

¿Qué opciones tienen las PyMEs ante el fin de Windows 10?
Microsoft ha dispuesto tres caminos principales para enfrentar el fin del soporte de Windows 10:
- Actualizar a Windows 11: Esta es la opción más segura y recomendada. Muchos equipos que ejecutan Windows 10 versión 22H2 cumplen con los requisitos para actualizar a Windows 11, incluyendo un procesador compatible, arranque seguro y chip TPM 2.0. Esta actualización es gratuita para dispositivos compatibles.
- Adquirir actualizaciones de seguridad extendida (ESU): Microsoft ofrece la posibilidad de contratar actualizaciones de seguridad pagadas para quienes no puedan migrar de inmediato. Este programa, conocido como Extended Security Updates (ESU), permitirá seguir recibiendo parches críticos de seguridad por un costo anual por dispositivo. El precio comenzará en 61 dólares por equipo durante el primer año y se incrementará progresivamente hasta 2028. Esta opción solo estará disponible para dispositivos con una suscripción activa a Microsoft 365.
- Reemplazar equipos antiguos: Muchos dispositivos utilizados por las PyMEs no cumplen con los requisitos de Windows 11. En estos casos, la alternativa será renovar el hardware. Aunque esto puede representar una inversión considerable, también es una oportunidad para modernizar la operación, adoptar herramientas en la nube y mejorar el rendimiento general de la empresa.
¿Qué pasa si una PyME no hace nada?
Ignorar el fin del soporte de Windows 10 no es una opción segura. Las empresas que continúen usando el sistema operativo después de octubre de 2025 enfrentarán mayores riesgos de ciberseguridad, reducción de compatibilidad con software actualizado (como Microsoft 365, que dejará de ser compatible con Windows 10 en 2026) y posibles sanciones legales por no garantizar la protección de datos.
Además, las plataformas de facturación electrónica, bancos y servicios gubernamentales podrían dejar de funcionar correctamente en dispositivos con sistemas obsoletos, lo que comprometería la operación cotidiana.
Tiempo de actuar: cómo planificar la migración
La clave para enfrentar este cambio está en la planificación anticipada. Las PyMEs pueden tomar los siguientes pasos para gestionar de forma efectiva la transición:
- Realizar un inventario de equipos: Identificar cuántos dispositivos usan Windows 10, qué versión tienen instalada y si son compatibles con Windows 11.
- Evaluar necesidades operativas: Determinar qué programas y servicios son críticos y confirmar su compatibilidad con Windows 11.
- Consultar con un proveedor tecnológico confiable: Obtener asesoría sobre migración, licenciamiento y posibles programas de renovación de hardware.
- Presupuestar el cambio: Incluir en el presupuesto anual los costos de actualización o renovación, considerando el ESU solo como medida transitoria.
Aunque puede parecer un cambio complejo, lo cierto es que las actualizaciones de sistemas operativos son parte natural del ciclo de vida tecnológico. Lo importante es no dejar que el tiempo corra sin tomar decisiones estratégicas.

Una oportunidad para innovar
El fin de Windows 10 también puede ser visto como una oportunidad para acelerar la transformación digital. Adoptar Windows 11 no solo mejora la seguridad y el rendimiento, sino que abre la puerta a herramientas más modernas de productividad y colaboración, como Copilot para Microsoft 365, que integra inteligencia artificial en Word, Excel, Outlook y otros servicios.
Si te interesa cómo estas herramientas están transformando el trabajo en las pequeñas empresas, te invitamos a leer el artículo Las PyMEs y la IA: una gran oportunidad para competir y crecer mejor, donde se detallan casos reales de cómo estas tecnologías están aumentando la eficiencia en el entorno empresarial. Puedes consultarlo aquí.
Conclusión:
El fin del soporte de Windows 10 no debe tomarse a la ligera. Más allá de una simple actualización de software, representa una decisión crítica para la seguridad, legalidad y eficiencia operativa de las PyMEs mexicanas. Anticiparse, informarse y actuar a tiempo permitirá a las empresas enfrentar el cambio con éxito, evitando crisis tecnológicas y transformando un reto en una oportunidad para crecer.
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