Algo que vale la pena entender cuando se piensa en iniciar un negocio es que no todo es dinero, pero más importante, que el dinero no está peleado con ideas que contribuyan a causas sociales entre ellas la protección al medio ambiente.
Te presentamos algunos casos que te harán ver cómo jóvenes mexicanos están combinando el desarrollo de un negocio con la conservación del medio ambiente.
– Ecoladrillos. Desarrollado por alumnos del UNITEC, este proyecto que ganó el primer lugar del “Premio Global al Emprendimiento James McGuire”, plantea la edificación de infraestructuras ecológicas y sustentables (EcoCasas) equipadas con tecnologías verdes, como arquitectura bioclimática, celdas solares, sistemas de reciclaje y construidas a base de su principal producto, ladrillos de tepetate ecológicos reciclables, elaborados a base de tepetate, libres de contaminantes y con un diseño modular, lo que permite reducir en un 80% la utilización de mortero y en un 30% los costos y tiempos de producción.
La empresa cuenta ya con dos socios comerciales (uno en Brasil y el otro en México) y está en búsqueda de una asociación con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) en su clúster de vivienda ecológica.
– Sillones ecológicos. Estudiantes de bachillerato del Instituto Politécnico Nacional recurrieron a envases de PET (tereftalato de polietileno) para construir sillones ligeros a los que denominan Muhpet (Muebles Únicos Hechos con Pet); con ello, se busca reducir la contaminación derivada del uso desmedido del PET y tala de árboles.
Para construir un sillón se unen botellas de PET de litro y medio con cinta adhesiva, se cubren con cartón para darles forma y se colocan un relleno esponjoso tapizado con tela; finalmente, colocan una etiqueta de Muhpet.
Los creadores ganaron el segundo lugar en la categoría de Diseño para la Industria del XXXIII Concurso Premio a los Prototipos 2013, organizado por la Dirección de Educación Media Superior (DEMS) del IPN.
– Ahorro de combustible. En el ITESO estudiantes trabajaron durante cinco años en desarrollar un catalizador que ahorra combustible en los vehículos de carga y ya opera en varias unidades en Estados Unidos.
El equipo de trabajo que formaron cuando cursaban la Licenciatura en Ingeniería Electrónica los llevó posteriormente a ser socios en el desarrollo de un catalizador que mejora el desempeño de los motores de diésel usando agua destilada. El desarrollo tiene el nombre de Boostbox H2 y la empresa el de HexFuel.
Actualmente están a la mitad de su proceso en la Incubadora de Empresas Tecnológicas adscrita al Centro para la Gestión y la Innovación de la Tecnología (Ceginnt) del ITESO. Ellos consideran que la clave para cualquier que cualquier proyecto prospere es estar convencido y enamorado de él.
– Biocombustible. Un alumno egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas desarrolló un biocombustible a base de aceites de origen natural que sustituye al diésel con el que es posible abatir las emisiones contaminantes a la atmósfera en 15% y permite un ahorro de 12% en el consumo de carburante y contribuye a prolongar la vida útil del motor.
Esta iniciativa ha obtenido el Premio Santander a la Innovación Empresarial y ha sido reconocido por el entonces Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, hoy Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del DF, así como por el Instituto Politécnico Nacional.
El proyecto denominado Dectek (Tecnología y Desarrollo de Energías Renovables), que se dedica a la producción de biocombustibles a partir de aceite de vegetal usado, aceite de higuerilla y de jatropha, tiene ventajas por encima del diésel, entre ellas, que el precio de venta por litro es de 16 pesos con impuesto incluido, aprueba cualquier tipo de norma referente a la calidad del biocombustible y no contiene azufre ni compuestos aromáticos.
El equipo de investigación de los egresados de la ESIQIE hoy cuenta con una pequeña planta productora de dicho carburante natural con un volumen de 60 toneladas diarias, las cuales cubren tan sólo el 1% de la demanda del Distrito Federal, cuyo consumo es de alrededor de 30 mil barriles diarios de diésel (cada barril contiene 200 litros) .
Actualmente se está negociando un financiamiento para consolidar la empresa y elaborar una mayor cantidad del biocombustible.
– Calentador de aire. Diseñado por ingenieros en Electrónica egresados del ITESO el calentador de aire ganó la convocatoria de proyectos ambientales de Intel, empresa que apoyará su instalación en una comunidad de Mezquitic.
Los emprendedores llevarán calentadores hechos con latas de refresco para templar el aire frío del interior de las casas utilizando sólo el calor del sol.
Ariadna Cruz
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