Esta tendencia de la digitalización les recuerda a los negocios la necesidad de contar con más y mejores herramientas tecnológicas a favor de optimizar sus procesos y estar listos para el mercado. Sin embargo, ante la enorme variedad de oferta que existe, queda la pregunta si esa cantidad de productos y servicios están hechos para todas las compañías.
Este es un dilema particularmente difícil para dueños y administradores de Pequeñas y Medianas empresas (PyMEs), quienes enfrentan una baja en sus ventas por el periodo de reactivación y las dificultades económicas por las que atraviesa el país; pero también, la demanda del mercado por contar con mejores medios de servicio, cobro, producción y entrega. Es decir: con un presupuesto ajustado tienen que hacer más. Por ello, deben definir puntualmente qué tecnología es la que realmente necesitan, al menos en una primera etapa.
“Primero el cliente, después el cliente y al final el cliente”
Al respecto, cada negocio debe analizar cómo han cambiado los hábitos de consumo de quien, desde antes de la contingencia y hasta hoy, solicita sus productos o servicios. Eso permite, entre otros puntos, conocer qué artículos mantienen en su preferencia, qué canales de atención prefieren, cómo les gusta recibirlos, etc. Es decir, obtener información para una posible reconfiguración de la empresa.
También es necesario revisar la oferta de competidores nacionales y extranjeros, aprender sobre lo que ellos están haciendo, además de qué les ha funcionado y qué no; esta es una fuente de información rica y que permitirá al empresario “estar permanentemente en la jugada”.
Alejandro Santiago, Director de Desarrollo de Nuevos Negocios en CONTPAQi, revela este análisis, lo que, verdaderamente, necesita una compañía en tecnología; sin embargo, para que tenga aún más claro las prioridades a tomar en cuenta para su digitalización, también hay que considerar:
- ¿Por qué la necesito, cuál es mi objetivo de negocio al digitalizar? Aunque pareciera una pregunta obvia, aún PyMEs que se plantean “para qué” necesitan evolucionar y contar con mejor tecnología. Hoy la tendencia apunta a que aquellas empresas que se resistan al cambio no podrán afrontar las condiciones del mercado.
- ¿Qué no funciona? Como parte del diagnóstico hacia la compañía, toca detectar qué áreas y procesos ya no aportan a la operación. Sin embargo, es importante mencionar que este análisis no se trata sólo de “detectar lo malo”, sino también, encontrar puntos de mejora. Al final, lo que se busca es optimizar los recursos con los que se cuenta y “eliminar el desperdicio” operativo y tecnológico.
- ¿Con qué herramientas cuento? Saber qué herramientas digitales son las que tiene una PyMe es básico. Desde equipos de cómputo, software o licenciamiento, toca evaluar qué aportan a la operación y cuánto cuesta tenerlas. Asimismo, hay que analizar si la tecnología actual con la que se cuenta continúa vigente o se ha vuelto un gasto recurrente que sólo genera gastos que merman a la compañía.
- ¿Cuál es mi presupuesto? La contingencia trajo un rezago en casi todos los sectores que afectó la economía de las empresas. Por ello, cada negocio debe evaluar cuáles son las prioridades digitales que pueden cubrir con sus números. La clave está en adquirir sólo lo necesario y que en realidad aporte a su objetivo (punto número 1 de esta lista).
- ¿Quién va a utilizarla? También se trata de incentivar el conocimiento, porque el uso de nueva tecnología viene acompañado de capacitación y de la apertura hacia nuevas formas de operación. Es decir, un cambio cultural hacia mejores formas de trabajo.
Será necesario hacer un diagnóstico de la madurez digital de la empresa y de sus integrantes, de modo que las herramientas a adquirir sean aprovechadas al máximo, o bien, determinar si deberá contemplar un plan de capacitación para alinear la cultura organizacional con las nuevas habilidades tecnológicas que requiere el negocio.
Con la democratización de la digitalización, cada vez más PyMEs entienden este cambio y encaminan, poco a poco, su transformación hacia tecnología que les permita atender lo que el mercado demanda. Lo importantes es que estas empresas lo hagan de acuerdo con sus capacidades y, sobre todo, con plena conciencia de que es un proceso del que pueden tomar lo necesario para continuar con su crecimiento en plena reactivación.
Es un hecho que la digitalización ha sido acelerada y no hay vuelta atrás; todos los negocios están en alguna etapa de transformación. Las PyMEs que se han logrado adaptar son las grandes ganadoras de esta inesperada revolución, otras han sido sorprendidas y han cerrado sus puertas, mientras que otras todavía están a tiempo de reaccionar.
Redacción
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