La amenaza del “gota a gota” y cómo la tecnología formal puede proteger a los hogares mexicanos


La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) , el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) han elevado la alerta ante el creciente uso de préstamos informales, también conocidos como “gota a gota” o “montadeudas”, como un riesgo latente para la estabilidad financiera de los hogares mexicanos.

Un panorama preocupante en inclusión financiera

La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, elaborada por el INEGI y la Condusef, revela que solo el 37.3 % de la población adulta en México cuenta con acceso a crédito formal. Este dato evidencia la persistente exclusión financiera que empuja a muchas personas hacia instituciones informales o no reguladas.

Aunque la penetración de productos financieros ha mejorado —con 76.5 % de los adultos con al menos un producto financiero, como cuenta, crédito, seguro o Afore— existen claras brechas: solo el 72.8 % de mujeres, en comparación con el 80.9 % de hombres, accede a estos servicios. Además, el ahorro formal continúa siendo marginal: apenas 8.2 % de la población ahorró solo por vías formales, frente al 36.6 % que lo hizo por medios informales como tandas o resguardando efectivo en el hogar.

“Gota a gota”: créditos informales con alto riesgo

Prácticamente el 30 % de la población adulta recurre a préstamos informales, según alertan la CNBV, el INEGI y la Condusef. Estos esquemas operan con montos pequeños —entre 500 y 2 000 pesos— pero con tasas de interés exorbitantes, que oscilan entre el 10 % y el 40 % diario, y están acompañados de reportes de extorsión, amenazas y uso indebido de datos personales.

La Condusef describe estas prácticas como una estafa informal en expansión, que opera sin regulación alguna y pone en riesgo tanto el patrimonio como la seguridad de quienes recurren a ellas. En algunos casos, estos préstamos incluso provienen de redes delictivas, que aprovechan la informalidad financiera para ejercer presión y exigir pagos bajo amenaza.

Tecnología e inclusión formal como escudo protector

En contraste con las fuentes informales, las soluciones financieras formalmente reguladas ofrecen una vía segura mediante:

  • Modelos automatizados de evaluación crediticia que integran datos reales: historial transaccional, comportamiento digital, pagos de servicios, facturación electrónica, entre otros.
  • Aprobaciones rápidas y en tiempo real, con tasas claras y competitivas, significativamente más bajas que las del crédito informal.
  • Productos financieros personalizados sin necesidad de garantías complejas, reduciendo el riesgo de sobreendeudamiento.

Estos avances tecnológicos, junto con una mayor educación financiera, representan un camino viable para que personas sin historial bancario formal accedan a opciones seguras, evitando caer en esquemas depredadores.

Educación financiera: pilar para fortalecer formalidad

La ENIF también destaca que la infraestructura financiera digital está avanzando, con mayor uso de banca móvil y pagos electrónicos. Sin embargo, persisten desafíos importantes:

  • La alfabetización financiera sigue siendo limitada, especialmente entre mujeres y en zonas rurales.
  • El ahorro formal y el crédito responsable siguen siendo minoritarios.
  • Muchas personas siguen desconfiando o desconociendo las ventajas del crédito formal.

Es urgente reforzar la educación financiera, adaptándola a diversos contextos sociales y culturales, y empoderar financieramente a las personas para que puedan tomar decisiones informadas y accesibles.

Coordinación entre industria financiera y autoridades

Para avanzar, es necesario:

  1. Desarrollar microcréditos digitales regulados, con modelos de riesgo hiperpersonalizados, dirigidos a los sectores excluidos.
  2. Incentivar a Fintechs, neobancos e instituciones financieras para que diseñen productos accesibles, transparentes y seguros.
  3. Que autoridades como la CNBV, la Condusef y la SHCP consoliden marcos regulatorios que protejan al consumidor, promuevan transparencia en el uso de datos alternativos y favorezcan la competencia leal.

El reto y la oportunidad del entorno financiero

El sistema informal de préstamos tipo “gota a gota” sigue siendo una amenaza real para los hogares más vulnerables, con implicaciones financieras y sociales graves. Pero también representa una llamada de atención: es viable —y necesario— que el sector financiero formal utilice tecnología para ofrecer microcréditos accesibles, seguros y adaptados a contextos de exclusión.

El desafío es coordinado: avanzar hacia una economía más segura, inclusiva y sostenible para millones de personas en México requiere educación financiera, innovación tecnológica y regulación efectiva.

Para complementar este análisis, te invitamos a leer nuestro artículo Fintech al rescate: microcréditos digitales que empoderan a la microempresa, donde exploramos casos exitosos de plataformas financieras que están transformando el acceso al crédito para emprendedores y pequeñas empresas, fortaleciendo su crecimiento y autonomía financiera.

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