Por Adolfo Albo, Economista Jefe para México, BBVA Research
La construcción es uno de los componentes más importantes de la economía nacional. En el último lustro, la participación del valor agregado de la construcción en el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país ha sido de 6.5% en promedio. Por otro lado, los empleos en este sector oscilan alrededor del 8% del total nacional durante los últimos cinco años. Por lo que su desempeño cobra relevancia a nivel sectorial como en el total de la economía. Más aún si consideramos que la infraestructura es un detonador de otras actividades económicas.
Como lo anticipamos, en el primer trimestre de este año, la construcción recuperó su nivel anterior a la crisis en un lapso de cuatro años, hasta entonces la parte más alta del ciclo económico. Por lo que podríamos ya haber observado las tasas más altas de crecimiento del sector y a partir de la segunda mitad de este 2012 el avance será discreto, quizá incluso por debajo de la economía en su conjunto.
La construcción se mantiene creciendo por el avance de la edificación no residencial, sin embargo el paso acelerado que ha mostrado difícilmente se sostendrá en el mediano plazo. Además, el retraso en el despegue de la edificación residencial y la transición inminente del nuevo gobierno, podrían aminorar el avance de la obra pública. No obstante, se vislumbran oportunidades, como es la aplicación de la Ley de Asociaciones Público Privadas (LAPP) y una política pública enfocada a la infraestructura, como es el caso de telecomunicaciones y energía, en la próxima administración.
Los datos del PIB al primer trimestre de 2012 que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que la construcción ya alcanzó el mismo nivel observado para el primer trimestre de 2008. El PIB de la construcción fue de 588.3 mil millones de pesos (mmdp) en términos reales durante el primer trimestre de 2012, mientras que en el mismo periodo de 2008 fue de 587.9 mmdp. El PIB de la construcción se mantuvo en ascenso hasta inicios de 2008, para caer marcadamente como efecto de la crisis económica internacional.
La intervención gubernamental con una política anti cíclica fomentando la obra civil no fue suficiente en 2008 ni 2009, pero fructificó en 2010. En cambio, desde la segunda mitad del 2011, el avance del PIB de la construcción se basa en un comportamiento convergente de sus tres componentes. La edificación y la obra civil, que aportan más del 90% del PIB del sector, prácticamente presentan tasas anuales iguales entre sí desde el año anterior, en tanto que el componente de trabajos especializados creció a un paso similar. De lo que se advierte un desempeño con base sólida si consideramos que los dos principales componentes arrojan resultados positivos.