Gracias al surgimiento de tecnologías innovadoras y al cambio en el comportamiento del consumidor, la industria de pagos en toda América Latina está pasando por un periodo de rápida transformación que no se va a ralentizar próximamente.
Las transacciones no monetarias (que no utilizan dinero en efectivo) han aumentado en los últimos años y se espera que crezcan a un ritmo de 7.2% anual conforme se acerca el 2020. La razón de ello se debe en gran parte a las inversiones realizadas por los bancos al por menor en tecnologías digitales, que incluyen aplicaciones móviles y carteras digitales. En América Latina, el ecommerce y mcommerce se están impulsando por una tasa creciente de penetración y continuo desarrollo de la infraestructura de pago de la región.
En virtud del considerable espacio territorial de América Latina, que abarca 20 países, es natural que el crecimiento de un mercado para el otro varíe. En términos de e-commerce, cifras recientes muestran que seis mercados clave son responsables del 95% de la facturación en la región. Son ellos: Brasil, Argentina, Chile, Colombia, México y Perú.
Esta fragmentación también se refleja en la competitividad de los mercados en línea en toda la región latinoamericana. En Argentina, por ejemplo, el Mercado Libre compite con Amazon, con éxito. OLX, TiendaMia y Linio también han presentado buen desempeño, gracias a sus opciones de pago locales – factor crucial en el mercado latinoamericano de e-commerce.
Las transferencias bancarias, tarjetas de crédito locales y sistemas de vouchers son los preferidos en la región, haciendo que la integración con los servicios de pago en la moneda local algo obligatorio para los minoristas que buscan este mercado. Si analizamos profundamente las preferencias de pago específicas, podemos notar que los compradores latinoamericanos prefieren pagar en parcialidades.
Estas diferencias muestran que, para tener éxito al operar en América Latina, es primordial que los minoristas sean conscientes de las diferencias que existen de país a país.
Ante la alta tasa de penetración móvil en América del Sur y la popularidad de los smartphones como una plataforma de compras en toda la región, la expectativa para el crecimiento del m-commerce en 2019 se vuelve aún mayor. De hecho, este sector está creciendo a un ritmo aún más acelerado que el comercio electrónico. Muchos países de la región están desconsiderando las transacciones de escritorio para saltar directamente a las transacciones móviles.
Cuando se trata de compras a través de aplicaciones, América Latina se queda detrás del resto del mundo, representando sólo el 2,4% de los usuarios globales. Sin embargo, los consumidores latinoamericanos que recurren a las aplicaciones gastan 48 veces más que la media internacional. Este hecho, sumado a la expectativa de aumento de usuarios de smartphones, que es del 30% para 2020, significa un excelente momento para que los desarrolladores de aplicaciones exploten el enorme potencial de este mercado antes que sus competidores.
La inclusión financiera representa un factor importante en el crecimiento de los ingresos de pagos en todas las regiones y en 2019 seguirá siendo tendencia. La presión de los gobiernos latinoamericanos por las empresas de servicios financieros para ofrecer cuentas bancarias con tasas reducidas – o incluso gratuitas – ya ha tenido un impacto considerable en el aumento de la inclusión financiera. Sorprendentemente, notamos un crecimiento del 39% al 51%, de 2011 a 2016, en el volumen de cuentas bancarias de los latinoamericanos.
América Latina es una región dinámica, con muchas oportunidades para que los minoristas prosperen. Pero, para que se tenga éxito, hay que ser conscientes de las particularidades de cada país y garantizar que las necesidades específicas de todos los clientes sean atendidas.
Por Matías Fainbrum, Grerente General de Ingenico ePayments para América Latina
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