Los alumnos del bloque entrepeneurship de la Universidad Anáhuac México Norte deben desarrollar la percepción de la oportunidad de negocios. Competencia o cualidad casi obligada para el emprendedor Pyme; lograr identificar entre un océano de actividades económicas, aquéllas más sensibles de capitalizar diferenciadores importantes que les permitan destacar en la competencia perfecta.
Frente a condiciones de rivalidad complicadas, casi todas las actividades empresariales Pyme en nuestro país mantienen un nivel semejante de reto: ¿cómo destacar con market share dentro de un ambiente donde los procesos y productos se parecen tanto? De ahí la importancia de buscar oportunidades en transacciones económicas que parecieran no ofrecerlas.
Les hemos sugerido tomar cualquier plan de negocios y desarrollar, fuera de la caja, alternativas en los temas, al menos, de digitalización, inclusión social, gestión medioambiental así como alianzas estratégicas.
Sabemos por la narrativa de negocios mundiales exitosos, que la era de la digitalización pudiera ofrecer el surgimiento de oportunidades dentro de planes de negocios tradicionales. Es decir, si tomamos un modelo de negocios tradicional, dentro de esta competencia perfecta, y buscamos agregarle elementos de comercio digital, estaremos provocando diferenciación. Resulta que las potencialidades contenidas en la era digital pueden agregar elementos que favorezcan un comercio diferente en épocas donde nuestros consumidores son cada vez más sofisticados.
Por otro lado, en un país como el nuestro, donde las desigualdades son verdaderamente escandalosas y los recursos empresariales sufren cierta asfixia frente a la demanda interna tan deprimida, las opciones de desarrollar cadenas de valor multi variadas, pudieran representar auténticas oportunidades. Por ejemplo, nuestra visión de negocios como emprendedores debutantes, normalmente se centra en el objetivo primero de entrar en la cadena de suministro de las grandes corporaciones o empresas.
Hoy día, buscando oportunidades, se vale pensar otra vez fuera de la caja, en cadenas de suministro que se dirijan a los mercados con canales de distribución no tan ampliamente desarrollados. En principio, suena a locura, si tengo un producto o servicio que debo entregar sin canales de distribución eficientes, la última milla se encarecerá de manera escandalosa e inaceptable.
Pero, fuera de la caja, empoderando empresarialmente a grupos de emprendedores locales o regionales, esa última milla pudiera no ser tan cara, fuera de convencionalismos. Esto se puede ver con absoluta claridad si pensamos en el siguiente ejemplo: Sabemos que sólo por concepto de caducidad, algunos productos deben quedar a disposición del consumidor en el menor tiempo posible. Condición que junto al volumen adecuado, nos obligan a usar camiones específicos, los cuales no pueden llegar a regiones remotas de nuestro país.
Pero pensando en un volumen diluido en el tiempo, podemos hacer entregas pequeñas pero continuas a clientes emprendedores locales que se encarguen de hacer llegar estos productos, a su vez, a los consumidores finales que se encuentran muy lejos de nosotros. Con esta modificación, la última milla aparecerá en el Estado de Resultados de ellos y no con el importe que a nosotros nos pudieran ser inadecuados.
Finalmente, la gestión medioambiental ha rebasado el límite de sólo la responsabilidad social para entrar al espectro de la competencia. Dentro de los modelos tradicionales de negocios, podemos re diseñar agregando elementos de buenas prácticas de gestión medioambiental como parte de esfuerzos de mitigación o de adaptación al fenómeno del cambio climático. Nos esperaría no solo el reconocimiento verde tan común en nuestros tiempos, también estaríamos dando pasos más allá de nuestros rivales.
La gestión medioambiental va desde la proporción de servicios medioambientales hasta la incorporación de elementos de normatividad internacional en términos de disminución de emisiones de bióxido de carbono equivalente; oportunidades que podemos crear partiendo de esquemas de negocios tradicionales obteniendo clara diferenciación.
Es por ello que no es absurdo pensar en la creación de oportunidades de negocios partiendo de modelos tradicionales. Pensar fuera de la caja, es para nosotros una alternativa de diferenciación, o solamente un ejercicio de pupitre.
Martín López Jaimes, Académico de la incubadora de la Universidad Anáhuac
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