Por Vicente Credidio, director de atención y relación TOTVS México
Hemos hablado con anterioridad de las empresas familiares y la forma tan particular en que desarrollan sus negocios. Son, sin duda, uno de los mayores retos en cuanto a esquemas de negocio se refiere. La forma en que este tipo de emprendedores suele adquirir sus herramientas tecnológicas tampoco escapa a las particularidades que lo caracterizan.
La forma en que esto generalmente ocurre dentro de una empresa familiar es que los dueños asignan a alguien de confianza, sea familiar o no, para comprar tecnología ya que la consideran como un aspecto de poca importancia para acelerar sus procesos. Así y desde ese momento, ellos pierden conocimiento y control de la decisión para la adquisición.
Seguir con este modelo de compra tiene como consecuencia el poco o nulo conocimiento sobre el funcionamiento de la tecnología, lo que a su vez implica que no se podrá transmitir a los que deben usarla. Cuando el dueño es partícipe de la decisión de compra está completamente enterado e informado de lo que va a comprar, cómo lo va a comprar, qué quiere y qué no quiere hacer con ella ya que conoce el funcionamiento y la operación del proyecto.
¿Qué se puede hacer para revertir estas prácticas y sus malas consecuencias?
1. Ofrecer la mayor información posible para solucionar los problemas de fondo; es decir, identificar el problema que se tiene y saber por qué se busca adquirir una solución. El problema puede estar en cualquiera de las diferentes áreas de la empresa; por ejemplo, para la adquisición de un sistema ERP, el problema puede estar en ventas, compras, facturación o contabilidad.
2. Otro punto a considerar para la compra son las expectativas y beneficios que se quieren obtener de la solución, es decir, objetivos que nos gustaría tener atendiendo a los problemas detectados.
3. Otro aspecto a considerar y que debe quedar claro desde un principio es que las soluciones o herramientas tecnológicas pueden acelerar los procesos siempre y cuando éstos estén bien hechos: “la solución no es mágica”, se necesita de procesos bien elaborados para obtener los resultados esperados, en otras palabras, procesos mal encaminados dan malos resultados.
Las personas que deben estar involucradas en la decisión son: en primera instancia, el dueño; posteriormente el director general y, finalmente, la persona responsable de llevar la estrategia de la empresa.
Hay que recordar siempre que no estamos comprando tecnología sino soluciones que, como su nombre lo dice, ayuden a la empresa familiar a corregir y generar.